Yacía sobre el tronco viejo de un árbol calcinado, aun pudiendo observar los acontecimientos que estaban a mi alrededor, inmóvil, con el cuerpo destrozado por los últimos siete días de lucha imparable; veinticuatro de los nuestros han caído, seis aún viven, pero pronto quedaran cinco con mi muerte.
Aun puedo respirar, tal vez pueda ver cómo le arrebatan la vida a ella, sí, a ella, mi razón de vivir, ¡No!, tengo que seguir, tratar de levantarme y proteger su vida con la mía, pero no puedo hacerlo, el corazón junto a todo mi cuerpo me están matando con tanto dolor.
Si tan solo pudiera moverme, aun puedo hacerlo, pero muy lentamente y eso no me sirve de nada, si no fuera por esta pequeña pero gran herida en el pulmón izquierdo, tal vez, solo tal vez podría ayudarla.
Muchas personas que conocí en la guerra han muerto y tengo que vengar sus muertes antes de irme de este mundo. Mi mano derecha comienza a cosquillearme, alzo la mirada lo poco que puedo y veo a una pequeña hormiga roja, puedo matarla en este instante y lo hago. La pequeña hormiga tenía solamente tres patas, claramente estaba herida al igual que yo, por eso decidí matarla; estaba sufriendo como yo, debía acabar con su sufrimiento y espero que alguien se apiade de mí al igual que como hice con la hormiga roja, preferiría que mi muerte sea lo más rápida e indolora posible y que, si Alice aún estuviera viva no viera mi muerte.
Recuerdo cuando la conocí, ella tenía once años, (igual que yo) llevaba el cabello (oscuro como la noche, un tono café muy apagado) suelto, libre, su rostro, hermoso, brillante con esos labios tan rojos y suaves, sus ojos café claro, con esa pizca de luz que no puedes dejar de ver, y ese nombre que solo al escucharlo me produce una inmensa alegría, Alice.
Cuando escuché su nombre por primera vez sentí una cosa que no sé cómo explicar, me cautivó de inmediato y decidí que tenía que conquistarla. El problema no era invitarla a salir, el verdadero problema era su padre el sr. Garreft, el herrero del pueblo, era un hombre de cincuenta y tantos años.
Alice Garreft vivía al sureste del pueblo con su padre Alejandro Garreft, ya que su madre la Sra. Garreft había fallecido en un accidente del pueblo cuando Alice tenía apenas once meses de edad, después de eso el sr. Garreft tuvo que cuidar de Alice , pero él tenía un muy mal carácter y sobre todo era muy sobreprotector.
Mi mejor amigo era un niño de doce años de edad llamado Brando Hamilton, que aparte era mi vecino, colega y compañero de travesuras, su madre la Sra. Hamilton y mi madre la Sra. Howell se conocían desde pequeñas y eran muy buenas amigas.
Brando era más grande que yo, en estatura y en edad, pero siempre la pasábamos muy bien, además Brando trabajaba para el sr. Garreft y se llevaba muy bien con Alice, era algo raro que el sr. Garreft le hubiera dado empleo a un chico de doce años, ya que él no permitía que nadie se le acercara a Alice.
La verdadera razón por la que el señor Garreft le había dado empleo a Brando era porque él era su hijo, Garreft había tenido amoríos con la señora Rose Hamilton aun estando casado con la madre de Alice, eso quería decir que Brando era hermanastro de Alice.
Cuando yo lo supe me alegré de verdad por Brando porque él tenía un padre que lo veía y sobre todo porque su padre existía no como el mío, y además me alegre por mí, ya que si Brando era hermanastro de Alice tal vez podría tener una pequeña oportunidad con ella que no desaprovecharía para nada. Alice Garreft, la hija del herrero; así era como la mayoría de la gente del pueblo la conocía.
El colegio del pueblo estaba ubicado cerca del castillo pero no era más que bancas rotas y sillas malhechas pero si ponías algo de atención por lo menos lograbas aprender unas cuantas cosas sobre las matemáticas y otras materias igual de importantes que esa. La escuela tenía menos de diez grupos, Brando y yo nos encontrábamos en el quinto y Alice en el sexto. Pasé casi un año tratando de hablar con ella pero mi inseguridad resultaba siempre triunfante.
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Mi Vida Por La Tuya
RomanceChris y Alice viven en un pequeño reino llamado Slave’s Village, cuyo reino tiene un ejército formado por muy pocos guerreros; Chris y Alice sueñan con pertenecer a dicho ejército, pero la pregunta es a qué costo. Afortunadamente ambos consiguen lo...