—Kenya se desmayó, vamos—dijo Graciela— ¿Estás bien Kenya? por un segundo te desmayaste.
—Estoy, me siento mal, jamás me había sentido así, ahí que, apurar el paso para, llegar al pueblo—dijo Kenya un poco lento.
Tenía graves heridas, de hecho todos estaban algo heridos; donde yo había caído era una Zona Negra. Las zonas negras eran puntos específicos para darse una matanza, así que regresar por ahí, no era una opción, seguro que nos estarían esperando más de esos Lamb-men, estábamos ya muy cansados y, la única salida que encontramos, era el camino largo, los otros guerreros, se supone que debían estar cerca, pero no encontrábamos ni una señal de ellos.
Yo estaba muy adolorido y comenzaba a ya no sentir mi pierna, Josefina se dio cuenta y nos dijo que buscaría una hierba, una planta que nos ayudaría a bajar el dolor, mientras, Graciela atendía a Kenya, le decía que no se durmiera, todos sabían que si se dormía era probable que ya no despertara jamás.
—Mira, ya viene Josefina—le dijo Graciela a Kenya.
— ¿Por qué tardaste tanto Josefina? Comenzaba a preocuparme—le dijo Nahúm.
—Estuve haciendo una pasta con la Biocura, tomen póngansela en sus heridas, eso les ayudará con el dolor.
La Biocura era una planta muy especial, Alice tenía plantadas muchas en el jardín de su madre, me dijo que eran muy especiales, ya que te curaban cualquier dolor aun si fuera el más insoportable.
—¿Se encuentra bien señor Nahúm?—le pregunté, veía que su ojo estaba cada vez peor, estaba muy inflamado y sacaba un líquido raro, si no llegábamos pronto, seguro que perdería su ojo.
—Pues, olvidando que ya no veo de un ojo, todo está perfecto—respondió con sarcasmo.
—Nahúm, no seas tan grosero—le replicó Josefina—no olvides que si no fuera por Chris, estarías muerto.
— ¿Y tienes que recordármelo? Sí, le debo la vida, y espero poder devolverle el favor, no me gusta deber cosas y lo saben.
—Pequeño Nahúm no seas amargado, no ves que la vida es hermosa, bueno medio ves que la vida es hermosa—dijo Félix soltando una gran risa; al escuchar esto, Nahúm se enfureció, sacó su espada y la detuvo en la garganta de Félix.
—Hombre, tranquilo, solo fue un pequeño comentario, je, tú sabes que era una broma—dijo Félix algo asustado.
— ¡Pues espero que se te vaya quitando lo bromista si no quieres perder la hermosa vida que te queda!—gritó Nahúm.
— ¡Nahúm, baja ya esa espada!—le dijo Josefina—somos un equipo, y los equipos no deben dañarse entre sí.
—Dile a él que no me provoque Josefina, porque te juro que si continúa soy capaz de matarlo—exclamaba Nahúm.
— ¡Basta ya todos! Que no ven que ahora todos estamos heridos, no hay que ponernos a pelear ahora, así que cálmense, lo primordial en este momento es que lleguemos al pueblo—dijo Graciela; Nahúm bajó la espada del cuello de Félix, y seguimos avanzando.
—La verdad Chris me impresionaste mucho, aun estando herido, te levantaste y acabaste con aquel tipo, wow, eso, te juro, te juro que me impresionó, lástima que el imbécil de Nahúm no sabe agradecértelo—dijo Félix.
— ¡Félix!
—Está bien, está bien, el malagradecido de Nahúm ¿mejor, Josefina?
—Mucho mejor Félix—dijo Josefina.
—Sabes que él es un imbécil—me susurró Félix—Bueno, no les parece que los otros ya están muertos, seguro que no pudieron contra los lamb-men, bueno que les pasa, contéstenme no.
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Mi Vida Por La Tuya
RomanceChris y Alice viven en un pequeño reino llamado Slave’s Village, cuyo reino tiene un ejército formado por muy pocos guerreros; Chris y Alice sueñan con pertenecer a dicho ejército, pero la pregunta es a qué costo. Afortunadamente ambos consiguen lo...