CAPITULO 10: CAMBIO DE OPINIÓN

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Cuando lo vi, en realidad me asusté, Chris tenía una gran herida en su abdomen, pensé que moriría desangrado si no lo llevaban con un médico, vi que estaba con otros dos guerreros llamados Félix y Cándido, ellos lo llevaban cargando, Félix estaba herido eso se veía, ya que su pierna sangraba.

Traté de seguirlos pero mi padre, me lo impidió, además si lo hacía sospecharía mis dos secretos, así que esperé hasta la mañana para ir a ver como estaba, en lo que quedaba de la noche no pude dormir, ya que pensaba en cómo se encontraba Chris, solamente dormí una hora y luego desperté, a las seis de la mañana fui a la casa de Brando, su madre no estaba ya que era lunes, y la señora Hamilton trabajaba de lunes a sábado para Aldrick; entré a su casa y él estaba despierto, en la cocina de su casa.

—Alice, que haces aquí.

—Brando, supiste lo de anoche.

— ¿Lo de Chris? No te preocupes mi madre nos dirá como se encuentra, estará bien, yo lo conozco es un hombre muy fuerte.

—Tengo miedo Brando, mucho miedo, que tal si... no quiero ni pensarlo.

—Alice que te parece si vamos a dar una vuelta al pueblo, así de distraes un poco.

—Está bien.

Salimos de su casa y comenzamos a caminar, en el camino comenzamos a platicar de Chris y del tema que estaba prohibido para él, el ejército. Brando insistía en su afán de prohibirme entrar a este.

—Alice no insistas en eso, sabes que nunca entraras ahí.

— ¿No me crees capaz Brando?

—No, porque solo eres una niña de doce años, todas las personas que están en eso son mucho más mayores que tú.

—Brando, no quiero volver a pelear contigo, ya tomé una decisión y no la podrás cambiar.

—Eso es lo que crees, que pensarías si alguien le contara a padre lo que piensas hacer eh, dime.

—Odiaría a aquella persona, la odiaría por el resto de mi vida y no la perdonaría incluso si fueras tú.

—Sabes que si yo hago eso no me importaría que me odiaras, además venimos a que te distrajeras no a pelear Alice Garreft, por favor no te metas en eso, si lo haces, te convertirás en una asesina, y si lo haces, mejor vete consiguiendo otra casa para que puedas vivir.

—Brando, entiéndeme, es lo que más quiero hacer en la vida.

—Y yo lo que quiero más en la vida eres tú, eres mi única familia, junto a nuestro padre.

—Te olvidas de tu madre Brando, por qué no la tomas en cuenta.

—Porque me ocultó la verdad por muchos años, ella me mintió diciéndome que mi padre estaba muerto, Alice entiendes eso, imagínate que padre te hubiera mentido con lo de tu madre, imagínate solo imagínate que tu madre estuviera viva, como reaccionarías.

Me quedé viendo esos ojos verdosos que tenía Brando, pensando, por un momento si tenía razón o no, me imaginé cómo  reaccionaría yo si mi madre estuviera viva, seguro que odiaría a mi padre.

—Pero tuvo que haber un motivo Brando, por qué no hablas con ella, para que te explique.

—Porque no quiero hablar con ella.

—Brando deja de ser tan parecido a padre, eres tan violento como él—le dije, enseñándole los moretones que me había dejado.

Brando se quedó observando mi cara, pensé que tal vez así recapacitaría, pero el resultado fue completamente diferente al que estaba esperando escuchar.

—Sabes qué, tienes razón, no te obligaré a alejarte del ejército, ni mucho menos se lo diré a padre.

—Gracias Brando, te quiero, gracias, te lo agradezco mucho en verdad—le dije abrazándolo.

Para mí fue muy gratificante ese cambio de opinión de Brando, pensé que ya no pelearía más con él, que mi vida tomaría un camino un poco diferente al que estaba acostumbrada, pero mi sorpresa fue otra por lo siguiente que me dijo él.

—No te obligare a nada, sabes por qué.

— ¿Por qué?

—Tus palabras me sirvieron para tomar una decisión, no sé si haya sido correcta o pésima, pero, como tú has decidido entrar al ejército, entendí que nadie te va proteger cuando estés sola ahí.

—A qué te refieres Brando, no te entiendo.

—He decidido para cuidarte... entrar al ejército.

Mi Vida Por La TuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora