Cuando solo llevábamos quince minutos de Teoría sentía que no podía más con el agobiante sueño. Guadalupe, al vernos a todos así, siguió dando su materia sin importarle que nadie le pusiera gran atención. Guadalupe Fress de treinta años se había convertido en guerrera a los dieciocho, después a los veinticinco se comprometió a enseñar la maravillosa materia de "Teoría de Slave's Village y de sus guerreros". Sin tomar en cuenta que esa era la materia más aburrida y pesada de las cinco que nos impartían. Gupe cómo le decían sus compañeros guerreros era de mediana estatura, piel bronceada como la mía, ojos grises y era la segunda ocasión que tendría un bebé, a su esposo Bleen le encantaban los niños. Ese año tendría un hijo más, por desgracia, a Guadalupe Fress le quedaban solo tres años de vida igual que a muchos guerreros de Slave's Village
Cuando ella se retiró nosotros pudimos descansar, pensaba que nadie aprobaría esa materia, de hecho es la materia que todos los guerreros casi nunca aprueban, excepto Alice, ella prestó toda su atención a esa materia. Nunca entendí como ella pudo tener tanta paciencia para algo que era tan aburrido.
—Tendrás que prestar más atención si en verdad quieres ser un guerrero Chris, te apuesto siete reyes a que no me repites lo que nos explicó Guadalupe—me dijo Alice sosteniendo mis manos.
—Pues nos dijo que... cuántos reyes dices que te debo—le dije riéndome.
Volteamos y vimos que llegaron los guerreros Lilia y Ulises para impartir la siguiente clase. Esa era una de las materias que más esperaba para demostrar mis habilidades con el acero.
—Buenos días a todos, nosotros seremos sus profesores en la materia de Manejo de Armas. Mi nombre es Ulises Bell y ella es...
—Lilia Bell. En este mes los entrenaremos para que logren entrar al ejército y sepan adecuadamente combatir. Al final del mes les haremos un examen y dependiendo que calificación obtengan, será su resultado en esta materia—exclamó Lilia.
Los nueve aspirantes formamos una línea, Lilia se quedó con las mujeres y Ulises con los varones. El cuarto parecía muy pequeño para poder entrenar con armas tan poderosas y más con una espada como lo haría yo, llegué a pensar que podría lastimar a alguien, pero cuando vi que llegaron unos guardias de seguridad y abrieron unas compuertas que estaban detrás de nosotros pude ver lo que se encontraba: un cuarto con suficiente espacio, era muy grande, demasiado, casi del tamaño del tamaño del castillo en el que estábamos pero ahora subterráneo (parecía un sótano); bajamos por unas largas escaleras para poder entrar por completo a él. Ulises nos explicó que ese lugar había sido construido originalmente para' ser utilizado como refugio ante algún ataque de un reino, pero que era utilizado como centro de pruebas para la materia de Manejo de Armas. En ese cuarto entraba luz, pero no era del sol, era una luz artificial fabricada por la reina Ivette.
Ivette era una de las personas más inteligentes y manipuladoras de Slave's Village, algunos de sus más grandes inventos habían sido esas lámparas, perfumes, los relojes que nos daban la hora y el más importante: la cura para el virus que azotó a Slave's Village, salvando así la vida de su esposo.
Una potente luz cegadora de color azul que salía de un estante llamó mi atención, esta parpadeaba de vez en cuando pero eso no fue lo que me causó curiosidad, sino lo que contenía; era una gran cantidad de armas. Dentro del estante había cuchillos, hachas, picos, espadas, lanzas, mazos, dagas, ballestas, flechas con arcos y otras armas más que desconocía sus nombres.
—Señor Howell—escuché una voz que me llamaba, volteé y vi que se trataba de Ulises, todos estaban formados de nuevo y solo yo hacía falta, dejé de observar las armas y caminé hasta el final de la fila.
—Uno a uno todos van a pasar a ese estante y escogerán el arma que sea de su agrado, de acuerdo—dijo Lilia y todos asentimos.
Comenzamos a pasar alfabéticamente, primero Alice; ella tomó un par de afilados cuchillos y volvió a su lugar. Ángel pasó por una lanza, Atziry tomó un juego de dagas, Brisa una grande hacha. Era mi turno, caminé y vi de nuevo las armas que quedaban en el estante, escuché el comentario de una voz masculina que salió de los aspirantes, "tomará la espada", la voz era de Eduardo Pullerty.
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Mi Vida Por La Tuya
RomanceChris y Alice viven en un pequeño reino llamado Slave’s Village, cuyo reino tiene un ejército formado por muy pocos guerreros; Chris y Alice sueñan con pertenecer a dicho ejército, pero la pregunta es a qué costo. Afortunadamente ambos consiguen lo...