CAPITULO 4: CONFIANZA

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Antes de dar un paso más sentí que debía pensar muy bien lo que iba a hacer cuando entrara a ese lugar, comencé a cuestionarme de verdad sobre mi destino, por una parte sentía que el ejército no era una muy buena idea, pero, se lo había prometido a Chris y a mí misma, qué pasaba conmigo; mi deseo era ser parte del ejército, quería demostrarme a mí y a mi padre que tan valiente era.

No lo soy, ni por error, nunca lo he sido. La palabra valor nunca ha sido sinónimo de mí, Chris al contrario esa palabra era la mejor que lo describía. La decisión de entrar era mía, mía y de nadie más, así me lo había dicho Chris, lo amaba y tenía que cumplir mi promesa; cuando uno está enamorado hace cosas sin pensar.

—Alice, qué gusto verte otra vez—escuché a una voz detrás de mí.

—Erick ¿qué haces aquí?—le pregunté; de todos los hombres de Slave's Village era él el que menos esperaba encontrarme ahí.

—Pues vine a las Pruebas, a qué más podría venir alguien como yo mi querida Alice.

—Qué tal a solo perder el tiempo.

—Me ofendes, yo nunca pierdo el tiempo y si fuera el caso, solo lo perdería con alguien tan guapa como tú. Y, Alice tú a qué has venido exactamente a este concurrido lugar.

No quería que Erick se enterará que yo también participaría en las pruebas, pero como me lo toparía dentro supe que no tendría que mentirle.

—También participaré en las Pruebas.

—Pero si tú eres una dama Alice, no deberías, pero bueno quién soy yo para decirte lo que no y lo que debes de hacer, además esa es una magnífica noticia, estaremos juntos en el entrenamiento.

—Sabes que eso no será posible porque Chris estará conmigo y yo con él.

—Y tú también sabes que yo no soy celoso y puedo soportar que estés con él y conmigo a la vez.

—Eres un cerdo Erick—le dije y continué avanzando.

Al llegar a las puertas del castillo Mariela estaba recibiendo a todos los jóvenes que participarían en las pruebas mientras Erick seguía detrás de mí. Anotamos nuestros nombres en un pergamino que Mariela llevaba en su mano; Chris y otros guerreros más ya estaban dentro. Mariela nos dejó pasar y otro guardia de seguridad nos dirigió a donde se practicarían las pruebas, Erick no dejaba de verme y eso me enfurecía cada vez más. El camino hacia el cuarto donde entrenaríamos se tornaba más oscuro y por un segundo me aterré, no sabía si seguir adelante; me detuve.

—Qué te pasa Alice—me dijo Erick.

—No me ocurre nada—le dije, pero yo misma me estaba mintiendo, el miedo me estaba consumiendo y el guardia de seguridad comenzaba a desesperarse.

—Qué espera señorita—me dijo el guardia.

Erick me sujetó la mano y yo lo empujé, seguí caminando escaleras abajo con él y el guardia detrás. No podía controlarme, bajaba los escalones tan rápido como si tratará de huir de algo, pero yo misma sabía que no podría escapar, pronto me separé de los hombres que venían detrás. El cuarto donde serían las pruebas carecía de luz por no decir que se encontraba completamente oscuro, al bajar el último escalón Erick me detuvo con su mano en mi hombro y puso la otra en mi cintura, yo trataba de no ser muy obvia y a la vez intentaba zafarme de él para que Chris no se diera cuenta y que no tuviéramos problemas.

Me di cuenta que habíamos llegado algo tarde cuando vi a Chris y a otros seis jóvenes sentados en unos bancos de madera, Erick ya me había soltado y así Chris no vio nada, aun con pasos temerosos me acerqué a él con un abrazo, necesitaba sentir que estaba a salvo y que había tomado la decisión indicada.

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⏰ Última actualización: Aug 19, 2015 ⏰

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