A la mañana siguiente, fui a buscar a Brando a su casa para tratar de continuar con nuestra conversación del día anterior tranquilamente.
—Buenos días Sra. Hamilton, ¿se encuentra Brando?
—No Alice, Brando salió muy temprano, es más, ni siquiera desayunó, pensé que estaba contigo y tu padre—dijo un poco molesta.
—Pues no es así, ¿no sabe a qué otro lugar habrá ido?
—No lo sé Alice, pero si viene, le diré que lo estabas buscando.
—Muchas gracias Sra. Hamilton.
—De nada Alice.
La Sra. Hamilton me agradaba mucho, era lo más cercano a una madre que tenía, yo me llevaba muy bien con ella y con Brando, cuando ella le contó a su hijo que su padre era el mío, Brando se distanció un poco de ella, así que yo la consolé, en los minutos siguientes fui a buscar a Brando casi por todas partes, pensé que a lo mejor estaría en la casa de Chris, reclamándole algo, pero yo no podría ir a averiguarlo, así que decidí esperarlo en la herrería de mi padre, (seguro que tenía que llegar pensaba).
Dieron las once de la mañana y Brando llegó al trabajo, yo lo llamé pero él no me hizo ningún caso, comenzaba a molestarme más con él. Fue hasta las dos de la tarde que se desocupó y nuestro padre le dio el resto de la tarde cuando por fin pude hablar con él.
— ¡¿Qué rayos te pasa Brando?! He tratado de hablar contigo desde las nueve de la mañana y no estabas en tu casa, ¿por qué te comportas así conmigo?—le pregunté.
—No estoy de humor para hablar contigo Alice, así que déjame pasar necesito ir a mi casa a descansar.
— ¡No! No te vas a ir de aquí hasta que me prometas que no le dirás a papá lo que te conté ayer ¡promételo!—exclamé.
— ¡Cuál de todo señorita Alice, que quieres tener una relación de noviazgo con Chris Howell o que estás tan demente que quieres unirte con unos asesinos y defender a este tonto pueblo!, porque déjame decirte que ambas son igual de malas—gritó Brando.
—Para empezar tienes que calmarte Brando, porque cuando te pones así eres igual de violento que nuestro padre.
—Pues no me hagas enfadar con esas tonterías Alice, yo no permitiré que mi hermanita se meta a un grupo de sanguinarios queda claro, prométemelo que no te unirás a eso Alice—me contestó.
—No y no Brando, no tengo que prometerte nada tu deberías de apoyarme en las decisiones que tome, que no eres mi hermano.
—Sí, si te apoyo con que tengas una relación con Chris, pero una cosa que no puedo apoyar es esa idea del ejército, por dios Alice, solo eres una niña de doce años.
—Ya no soy ninguna niña y tú tampoco eres tan mayor que yo Brando, y gracias por apoyarme con lo de Chris, pero trata de comprenderme, pertenecer al ejército ha sido mi razón de ser desde que tengo memoria.
—Esos no son pensamientos para una "joven" de tú edad Alice y no quiero seguir discutiendo lo mismo todos los días.
—Lo mismo opino Brando, y tú me conoces muy bien, cuando yo me propongo algo, hago hasta lo imposible por cumplirlo, te quiero.
—Yo también—y se vuelve a ir.
Desde que se fue Brando comenzó una terrible lluvia en todo el pueblo, y había quedado de verme con Chris a las cuatro, esperaba que pronto parará la tempestad para reunirme con él, mientras, imaginaba como sería mi vida si mi madre aún viviera; todos me han contado de que era muy hermosa, muchos hombres la pretendían pero que solo uno pudo cautivar su corazón. El apuesto caballero Alejandro Garreft lo logró en tan solo un día, todo eso me lo contaba mi abuela llamada Brunilda, lamentablemente murió cuanto yo tenía cinco años y eso fue lo único que me quedé de ella, todas sus memorias.
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Mi Vida Por La Tuya
RomanceChris y Alice viven en un pequeño reino llamado Slave’s Village, cuyo reino tiene un ejército formado por muy pocos guerreros; Chris y Alice sueñan con pertenecer a dicho ejército, pero la pregunta es a qué costo. Afortunadamente ambos consiguen lo...