Mi Vida Por La Tuya

CAPITULO 21: DETRÁS DE LAS COLINAS

Ulises entrenando a Brando, no lo podía creer, Brando acababa de cumplir los catorce en el mes de noviembre y solo le faltaban dos años para la prueba de los guerreros. Así que si quería entrar al ejército tenía que esforzarme el doble por Alice, mí entrada al ejército ya estaba asegurada pero la de ella aun no y cómo yo había vuelto a los guerreros ahora más populares, habría muchos interesados en el ejército, así que las oportunidades de que Alice entrara al ejército eran más difíciles cada vez.

—Dile que recibí su saludo y solo eso—le dije lo más relajado a Brando.

—Pero valla que mi padre si te destrozó la cara eh—dijo Brando riéndose.

—Brando te suplicó que te largues y me dejes tranquilo por favor.

—Tú no me corres Chris Howell, yo me quedo donde se me dé la gana

—Bueno entonces me voy yo—le dije poniéndome de pie. —Salúdame a tu madre.

Caminé por media hora dándole vueltas al castillo esperando a Alice hasta que salió con una cara de tristeza como siempre salía de ahí. Su padre siempre le decía que nunca le iba a perdonar tal humillación que lo había hecho pasar.

— ¿Estás bien Alice?—le pregunté al verla salir del castillo.

—No, tú sabes, mi padre me odia y me dijo lo mismo de siempre.

—Alice, esto te hace daño. Pienso que, no deberías de ver a tu padre en un buen tiempo, dos meses tal vez.

—Chris, lo extraño.

—Pero me tienes a mí—le dije dándole un beso.

—Sabes que eres la persona más importante para mi verdad.

—Lo sé y por eso no quiero verte así.

—Supongo que tienes razón Chris.

Alice y yo fuimos a dar un último paseo por que los dos teníamos que ir a almorzar, nos tomamos de la mano y fuimos a recorrer medio pueblo mientras íbamos platicando.

—Entones tu color favorito es el amarillo y yo que creía que era el morado—le dije.

—Desde que vi los girasoles y conocí a los canarios el amarillo me fascinó y a ti Chris.

—El azul.

—Qué tipo de azul.

—Un azul como el traje del rey Aldrick.

­—Cómo el que siempre se pone verdad.

—Así es.

—Creo que solo tiene ese traje por eso nunca se lo quita—dijo Alice bromeando.

—Seguro que sí se lo quita, solo para bañarse claro—le dije y ella soltó una risita.

—Chris, me la paso muy bien contigo, me haces sentir muy especial cuando estoy junto a ti y por eso te amo y siempre te amaré.

—Sabes que yo te amo más.

Dando las dos de la tarde los dos fuimos a nuestras casas a desayunar, mi madre me estaba esperando con una cara de preocupación, se me había olvidado decirle que ese día iba a llegar tarde después de entrenar en la casa de Nahúm.

— ¿Dónde estabas Chris? Me tenías muy preocupada.

—Tranquilízate mamá, ya estoy aquí y no me pasó nada malo.

—Estabas con esa niña verdad.

—Alice, su nombre es Alice.

—Desde que la conociste solo has tenido problemas Chris.