CAPITULO 11: EL EJÉRCITO

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El ejército de Slave's Village tiene sus orígenes desde que el padre del rey Sebastián, el rey Jorge, formó el pueblo hace aproximadamente ciento cincuenta años. Jorge tomó la idea del ejército de otros reinos vecinos de Slave's Village quienes originalmente formaron a sus propios guerreros para la lucha entre suministros y demás cosas, no hay registros de los primeros guerreros; yo conocí a pocos, incluidos Chris, mi hermano Brando y Jackeline, aún hay guerreros actualmente, eso es algo que jamás se acabará y no tiene porque.

Los guerreros que existen ahora están a cargo de la reina Esther (la hija del rey Aldrick y la reina Ivette) y el rey Jason. Jackeline y yo  hemos entrenado a Esther últimamente para que mejore sus tácticas de batalla, ella es muy diferente de sus padres, es humilde, generosa, además le encanta jugar con el pequeño Bruno y con Thamara, la hija de Jackeline, no cabe duda de que es una gran reina.

Sigo intentando superar mi pérdida, pero es muy difícil, lo extraño mucho, me hace mucha falta, Jackeline siempre me da ánimos, me dice que la vida sigue y que lo intente por Bruno, él es el que me da las fuerzas para seguir adelante.

La mayoría de los guerreros perdieron la vida en la guerra de Mogonía, por eso escribo esto, quiero rendir un pequeño pero merecido homenaje a todos nuestros guerreros caídos.

Mary, Rogelio, Josefina, Miriam, Cándido, Nahúm, Kenya, Gilberto, Guadalupe, Martín, Graciela, Leonel, Enrique, Nancy, Rosalba, Félix, Ana, Emmanuel, Gloria, José, Paola, Marcos, Chris, e incluso a Yadira, Néstor, Lilia, Ulises y Ruben; Todos ellos dieron su vida, por el pueblo, por nuestra salvación, por nuestra vida.

— ¡Qué! Estás loco Brando.

—Te estoy hablando enserio Alice, entraré para cuidarte, quieras o no.

—Pero y padre, si se enteraba que uno de sus hijos quería entrar al ejército se muere, pero ahora que sabrá que sus dos hijos entraran.

—Lo sé, pero eso no importa ahora, no quiero que le digas nada a Chris, por qué no vas a casa ahora, yo iré a ver cómo está él, tengo noticias que contarle.

Brando queriendo ser un guerrero, eso no me lo esperaba, pero solo para protegerme, y si el me protege, quién lo va a proteger a él, Chris, seguro que el también daría su vida por mí.

 Comencé a seguir avanzando de regreso a mi hogar, cuando me acordé de golpe, mi dibujo, corrí hacía el gran árbol, lo busqué por todas partes, pero no lo encontraba, hasta que se me ocurrió buscar debajo, en la tierra, por fin lo encontré, estaba deshecho, todo se había borrado por la tremenda lluvia y por la tierra en la que se encontraba, lo limpié lo más que pude y lo guardé en el viejo gorro que llevaba puesto; entré a mi casa lo más silenciosamente que pude, pero en eso lo vi, sentado en una silla con la botella en mano.

— ¡Alice! ¡¿Dónde estabas?!—me gritó mi padre cuando entré a la casa, eran las siete y media de la mañana, me había quedado platicando con Brando hora y media, seguro que mi padre se había levantado media hora después de marcharme.

—Estaba con Brando papá, me dijo que iría a ver a su amigo Chris y que vendría a trabajar un poco tarde.

—Su amigo ¿qué amigo?

—Chris Howell, el muchacho que estaba gravemente herido ayer en la noche—le contesté, seguro que no recordaba nada de lo que había ocurrido la noche anterior.

—De qué me hablas y por qué tienes la cara llena de moretones.

— ¿No se acuerda de nada padre?

—No, y por favor déjame dormir.

Entré a mi cuarto preocupada por Chris, preguntándome qué le había ocurrido después de habernos visto la tarde anterior, lo último que recordaba era que le dije que luego nos veíamos y el beso, ese beso, nuestro primer beso, estaba muy preocupada, en eso me acordé del dibujo, lo saqué de mi gorro, lo doblé y abrí un pequeño cuadro donde tenía un dibujo de mi madre, tan bella como siempre, metí la fotografía junto con el dibujo y lo puse en un mueble de roble que tenía cerca de mi cama.

Estaba admirando la belleza del dibujo y de mi madre, cuando escuché que alguien tocaba la ventana, era Brando que traía nuevas noticias, esperaba que fueran buenas.

—Brando que sucede.

—Alice, Chris aun no despierta, mi madre me dijo que eso era pasajero así que pronto se pondrá mejor.

—Pero, no está grave, lastimado o algo.

—Muy lastimado pero ya está mejor, será cuestión de días para que esté como antes, no te preocupes.

—Gracias Brando.

—De nada, te veo luego Alice, adiós.

—Adiós—le dije, cuando Brando se acababa de ir mi padre entró en mi habitación, yo me asusté por que seguía igual que antes.

— ¡Alice! ¡Explícame quien es ese tal Chris! ¡Te escuché a ti y a Brando hablar de él! ¡Por cierto, dónde está él!—me gritó mi padre con la botella aun en la mano.

—Es el amigo de Brando, está con el rey Aldrick al parecer fue gravemente herido ya que iba ayer con dos guerreros.

—Ah, esos tipos, no tienes ni idea de cómo los odio Alice, aunque sí, lo admito, hacen bien su trabajo de mantener bien al pueblo, pero son unos asesinos, unos bastardos asesinos.

—Padre, como reaccionaria que alguien cercano a usted quisiera ser uno de ellos.

—Lo despreciaría completamente, preferiría ver muerta a esa persona que tenerla a mi lado, un individuo así no merece vivir hija, merece el peor de los castigos posibles; pero bueno, afortunadamente no es el caso Alice.

Mi Vida Por La TuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora