Capítulo 11

775 97 21
                                    

Habían pasado ya varias semanas, para ser exactos cuatro, ChanYeol no había perdido ni una sola de las presentaciones de Hyunne, aunque se dio a la gran tarea de descubrir qué le pasaba con el peli rosa, su temor por descubrirlo era mayor ya que tenía una teoría que le causaba escalofríos, pero la curiosidad que habitaba en él de saber quién era realmente ese chico que revolvía todo en su interior y claro en el exterior tenía un peso mayor,  había fracasado un par de veces en el intento, ya que la pelirroja se negaba a descubrir la identidad de su bailarín estrella, ya que temía que si lo descubrían  ese sería el final de su éxito en el club, seguido de que le intrigaba el hecho de que el pelinegro estuviera curioso por saberlo. 

Había pasado sus noches de desvelo de una manera vergonzosa llegó a pensar, noche tras noche sentado al filo de la oscuridad tocando su feroz cuerpo ardiendo de calor, al recordar la expresión que tenía el bailarín al hacer contacto visual con él, ese calor recorría todo su cuerpo hasta el punto de hacerlo tocarse a sí mismo para satisfacer su deseo.
Eso era vergonzoso para él ya que ¿cómo era posible? que él que es todo un seductor tuviera la necesidad de tocarse, habiendo una lista innumerable de mujeres hermosas dispuestas a hacerlo por él. Si su amigo se llegara a enterar de lo que estaba haciendo, se burlaría de él por días, semanas, meses e incluso se lo recordaría por el resto de su vida, pero no había forma de que Sehun lo supiera, así que nada se lo impedía.
El pero en esta situación era que ya no podía seguir aguantando el hecho de tocarse, su cuerpo le pedía que alguien más lo hiciera. Pero ¿Quién? ¿El peli rosa? Un cuestionamiento bastante complicado para ChanYeol ya que esta era la primera vez que se sentía así por un HOMBRE.

Sin más esas estarían siendo las más terribles semanas de toda su vida, en cada actuación que presenciaba del peli rosa, su cuerpo descubre una nueva sensación, sensación que hacía que perdiera más la razón, aquí su única salvación,  la que lo hacía regresar a la realidad eran las visitas cada tarde al restaurante de comida rápida en el cual un Baekhyun con una sonrisa de oreja a oreja lo esperaba cada ansios, para servir su orden y cruzar de vez en cuando un par de palabras. Esas semanas le habían regalado un acercamiento hacia con el castaño, después de que él se atreviera a cruzar palabra con el pelinegro para pedirle nuevamente una disculpa por haber arruinado su fina camisa.

A partir de ese día, ChanYeol se vio más dócil hacia con el chico al punto de pedir su nombre aunque este estuviera impregnado en la placa de identificación que el castaño llevaba al costado de su pecho y  conversaciones de escasos minutos pero tan agradables, que eso le causaba tranquilidad a su mente. 

Por su parte Baekhyun, seguía esforzándose más y más en sus estudios, no quería defraudar a su madre ni a él mismo. En el club todo iba bien, era aclamado por todo el público, no había persona que no diera un solo aplauso ante su presencia y ahora se incluía ChanYeol, ya que de pronto,éste comenzó a verse un poco más entusiasta al finalizar cada acto, claro, su mirada penetrante y seria no cambiaba pero de sus manos ya salían un par de aplausos y eso era una gran ventaja, dejándole ver que al pelinegro le agradaba verlo en el escenario.
Hasta el momento su identidad era cien por ciento secreta, ni sus amigos ni su madre sospechaban nada pues no hacían muchas preguntas como para que el chico se delatara, simplemente un ¿cómo te fue? Y era todo. 

A diferencia de ChanYeol, Baekhyun estaba seguro de haber tenido unas agradables semanas, sobre todo en el restaurante. Como cada tarde ahí estaba ChanYeol aproximándose a la barra del lugar dispuesto a ordenar algo para comer, aunque esta vez había algo diferente en su mirada, un brillo especial que nunca antes había presenciado antes el castaño. 

–B-Buenas tardes…¡ Señor! –saludo Baekhyun con su agradable sonrisa – ¿Qué le sirvo el día de hoy? 

– Ya te he dicho que no me digas señor– habló el pelinegro con el ceño fruncido– Haces que me sienta viejo… y claramente no lo estoy o que ¿no me has visto bien?

MI ÚLTIMO AMANTE (chanbaek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora