Elina
Su rostro se está poniendo muy helado, trato de cubrirlo con todo mi cuerpo tembloroso para que no pase frío, pero no puedo ir en contra de la naturaleza de la vida.
No dejo de tocar su rostro entre mis manos, le doy un largo beso en su cabeza, oliendo por última vez su cabello rojo que tanto me encantaba.
—Descansa mi amor, estoy aquí, estoy aquí y no estás solo—digo ahora besando sus mejillas frías—Hay un hermoso amanecer, de esa manera te veré de aquí en adelante.
No he podido hacer que mis lagrimas paren y no he podido parar de besarlo.
—Me hice la fuerte pero ni siquiera se como le haré para vivir sin ti—me tomo un segundo para tomar aire—Mi mundo ha quedado en pedazos Dariel y no se por donde volver a empezar.
Besó su nariz y miro con atención su rostro, es mi Dariel y lo he matado.
—Perdóname por favor—sollozo en su pecho.
—Jamás podré amar de nuevo, te has llevado todo de mi cariño.
De nuevo, mi mente me hace mirar a mi alrededor, el cuerpo helado de Dariel y después mis manos manchadas de sangre.
Grito con todas mis fuerzas, es un grito de dolor, de tristeza y de coraje.
—¡¿Por que?!—grito pegándolo a mi cuerpo.
Mis lagrimas poco a poco empiezan a secar y solo me queda el maldito sentimiento, me quedo perdida mirando a la nada mientras tengo a Dariel conmigo.
—Daría todo lo que fuera para que la vida nos de la oportunidad de conocernos de nuevo, de empezar de cero, te lo juro—digo de la nada.
Así me estoy sentada en el suelo con él mis brazos sin saber cuánto tiempo, es como si para mi el tiempo ya no transcurriera.
Después de unos largos minutos, horas, ya no lo sé, busco mi móvil entre su bolsillo y me sorprende el que aún tenga batería, busco entre mis contactos y encuentro el número de Alex.
Ni siquiera le permite sonar mucho, rápidamente me contesta y siento mis labios temblar.
—Lo he matado.
—Escúchame Elina, tú aquí eres inocente, aquí no ha pasado nada, él ni siquiera existió y no sabes de él—me dice Alex tomando mi rostro entre sus manos con delicadeza—Esto no es tu culpa, lo hiciste para protegerte y también a nosotros.
Pero no puedo mirarlo a los ojos, mi atención está detrás de él, en Hans y Gabe que están terminando de enterrar a Dariel.
—¿Estoy haciendo lo correcto Alex?—pregunto sin dejar mirar detrás.
Se queda unos segundos en silencio.
—Nadie lo entendería pero si.
Asiento desconfiada.
Ahí, bajo tierra estoy dejando al amor de mi vida, este no es un sentimiento que la vida te prepara para sentir, ni siquiera viene en el libro de la vida inexistente, es algo fuera de la línea que no se como mi corazón ha soportado.
Alex sigue hablando puedo ver de reojo que habla y habla mientras mueve las manos, pero aún sigo sin mirarlo, solo veo la pala tomar tierra para cubrir aquel lugar donde está su cuerpo.
Cuando ya han acabado guardan todos los materiales en el coche de Gabe y tengo que decir que lo hicieron bien, no se ve como si alguien hubiera escarbado ahí, luce igual de parejo como lo demás de suelo.