Capítulo 5 ♠️

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En sus ojos se podía ver miseria y la necesidad, en mi ojos llevare tu vida.

Se suponía que me tenía que levantar a las 6:30 am pero apagué la alarma porque tengo una flojera gigante, es lunes, odio los lunes ¿Quien no los odia? Ojalá solo existiera Viernes, Sábados y Domingos, eso estaría mucho mejor.

Maldito Lunes.

Me levanto de la cama con pesadez, no sé si cama es la que truena o es mi espalda, lo más seguro es que sean las 2.

Mi labio va mejorando, ya no se ve tan hinchado y morado, aunque mi espalda, siento que va empeorando y mi cabeza solo me duele cuando me estreso, eso quiere decir 24/7.

Son las 7:12 y estoy segura que se me hará tarde, ya que no me gusta bañarme apresurada, me gusta darme mi tiempo.

¿Enserio? ¿En esto estoy desperdiciando mi vida eterna? ¿Teniendo que levantarme antes que el sol?

Estas preguntas siempre están en mi mente todas las mañanas, no es algo nuevo, tengo 10 años diciéndolo.

Amo mi profesión, es algo que a pesar de que pasen mil años, me gusta el arte y nunca sabré todo, cada día se aprenden cosas nuevas, por más mínima que sea. Y aún me falta conocer todos los museos del mundo, de saber más de mis pintores favoritos, de pintar mejor y muchas cosas más.

Aunque, aveces siento que no debo quedarme aquí para siempre, y es obvio que no lo haré, siento que debo salir de la rutina y cada día hacer algo nuevo, no quedarme atorada en el arte, hay muchas otras cosas en esta vida.

Pero es claro que no tengo los superpoderes de los Vengadores ni de La Liga de la Justicia, soy una persona como las de antes, que he batallado demasiado para estar donde estoy, para darme mis lujos, la única ventaja que tengo es el poder ser mi única dueña de mi presente y futuro. Aún tengo una vida muy larga.

El Sábado cuando salí del bar con Dariel, apenas llegue a casa y tenía un..

"¿Ya llegaste? Lo siento de nuevo"

No le respondí, por lo cansada y adolorida que estaba, me llegue acostando y tomando los medicamentos que me corresponden. Aparte siempre he pensado que es mejor darte un poco a rogar con un hombre, a no responderle a la primera, eso me lo decía mi madre siempre, papá solo se reía y nos daba un beso en la cabeza, diciéndome que me cuidara con los hombres.

Y eso hago.

—¡Despierta! Los jóvenes no aprenden solos! Que basura tienes en la sala!—escucho la voz chillona de Charlie y me asusto.

Casi pego un grito, me llevo las manos a mi pecho, un día de estos me matará.

Y ella siempre se queja de todo.

Entra a mi cuarto y me mira con una sonrisa y de sus labios sale un "hola amiga"

—Buenos días, anoche no tuve tiempo de recoger—explicó—¿Que haces aquí tan temprano?—pregunto tomando la ropa de mi armario.

Ella entra y se sienta en el borde de mi cama, ella tenía una llave mía, por si algo pasaba ella podría venir, Charlie piensa un poco y se pone a ordenar mi cama, agradezco internamente ya que me iba a ir sin tenderla.

—Me llamaron muy temprano diciendo que hoy no se abrirá el gimnasio, así que no pude seguir durmiendo, y no tengo tanta plata para irme a desayunar, ya sabes, la casa me dejo seca. Así que vine a ver qué tienes en tu casa para desayunar—me dice encogiéndose de hombros.

Ella es entrenadora, ella tiene buena condición física y todo pero ella sería como ese profesión de física de la escuela que mientras tiene a sus alumnos corriendo, él está comiendo una bolsa de papas.

Fría inmortalidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora