Capítulo 9 ♠️

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Intento manejar no tan apresurada ya que no quiero ocasionar un choque. No, otra vez no. Pero el locutor de la radio diciendo cada minuto qué pasa me pone nerviosa, decido apagar la radio y poner un poco de música.

Sia está bien.

Después de lo sucedido con Dariel me llevo a mi casa y se espero hasta que entrara para irse, hace 2 días que no lo veo, solo nos mandamos mensajes para saber donde estamos o lo que estamos haciendo. Hasta me mando una foto de su perro Jack. Hoy me invito a su casa y se ofreció a venir por mi, algo que negué, yo puedo andar sola.

No tengo ni idea de que es precisamente Dariel, porque yo jamás me meto con los líos de una o dos noches, tampoco me gusta tener "amigos con derecho" para mi eso no existe, o es tu amigo o no.

Pero Dariel, no lo se y ni muerta se lo preguntaría, tal vez porque no quiero humillarme.

Cuando sigo mi camino veo las luces de lo que parece ser una ambulancia, un hombre con un traje azul fuerte pide que me orille con un trapo rojo y lo hago, veo que son 2 ambulancias y solo alcanzo a ver qué 2 niños están siendo atendido en una, veo a una mujer golpear a un hombre de los que se encuentra.

Mi curiosidad es más grande y salgo del carro.

Mira atrás y veo que otro carro viene, seguramente le dirán que se orille también.

—No puedes pasar, regresa a tu auto—me dice un hombre de ojos azules acercándose a mi.

Veo como la mujer se va contra él e intenta golpear su pecho, el hombre la toma por las manos.

—En lugar de decir eso ¡Deberías estar salvando a mi esposo! ¡Exijo que lo lleven a un hospital!—grita la señora entre lágrimas.

Se me parte el corazón cuando me ladeo mi cabeza y veo a un hombre tendido en el suelo con un enorme charco de sangre, de su rostro solo se veía un ojo color marrón o negro. 3 médicos están junto a él, se miran entre sí y no  veo que hagan nada.

La ambulancia donde están los niños, parece que se va.

Vuelvo mi vista a la mujer que está arrodilla en el suelo, llorando a más no poder, en su brazo izquierdo tiene una herida que sangra pero supongo que ella no quiere nada que venga de los paramédicos , de su oreja sale un hilo de sangre.

Un nudo en mi garganta se hace junto con mis nervios al no saber que hacer.

El hombre que me detiene se va porque alguien le habla y aprovecho para arrodillarme junto a la mujer.

Ella me mira y parece ignorarme, su tristeza es más grande.

—Cálmese, ellos saben lo que están haciendo, todo estará bien—digo mientras acaricio su espalda.

Ella me mira con sus grandes ojos rojos de tanto llorar y señala a los paramédicos.

—¡¿Que estará bien?! ¡Estos malditos no quieren llevar a mi esposo a un hospital! El desgraciado que hizo esto, escapó—dijo lo ultimo en un sollozo.

Me levanto y veo que los paramédicos se acercan, así que yo decido alejarme.

Se miran nerviosos entre si, pero uno de cabello largo decide hablar.

—Lo siento.... lo siento mucho, si no lo hemos llevado a un hospital es porque ya no hay nada que hacer—dice el hombre e intenta acercarse a ella.

De la boca de la mujer salen gritos horribles, se levanta y aleja a el hombre a empujones, corre hasta donde está su esposo y no le importa que se manche de sangre, lo abraza fuertemente por el cuello, mientras me dice en su oído "no me dejes".

Fría inmortalidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora