En el año 2045 se creó la inyección para la inmortalidad; para la vida eterna. Fue una gran explosión en todo el mundo, recuerdo que en mi preparatoria todos mis compañeros hablaban de eso, soñaban con que llegara el día en que serían los reyes inmortales, sin mentir, yo también lo esperaba con ansias, me imaginaba que era como si entraras a otro universo, uno de esos como los de Marvel, donde yo podría ser un Capitán America versión mujer. Para el 2046 todo el mundo debería tener la inyección era totalmente gratuito, como esas inyección que te ponen en la escuela gratis porque las necesitas, así era esto. Era obligatorio y nadie protestaba porque a todos les encantó la idea, bueno, no a todos, la inyección era para personas menores de 20 años, si pasabas esa edad, eras un simple mortal, así que si alguien tenía 20 tenía que inyectarse lo antes posible antes del siguiente año, era la última generación que moriría, fue triste porque entre ellos estaba mi madre, la persona más importante para mi, yo dependía tanto de ella. No me arrepiento de ser inmortal, jamás lo haría, es algo que disfruto mucho, lo que lamento es que mi madre no fuera eterna.
Cuando cumplí mis 19 me puse la inyección, fue algo doloroso pero no mucho, la inyección se pone cada 150 años y la única forma en la que se puede morir es a causa de un accidente. Actualmente tengo 220 años, claro, disfrazados en el cuerpo de una chica de 19, estamos en el año 2247 por si se peguntan.
Cuando mamá falleció, me mudé a la casa de una amiga, tuve un trabajo nuevo y le ayudaba con los gastos, después tuvimos problemas y empecé a vivir en un departamento, y así fue de departamento en departamento y de trabajo a trabajo. Pero vaya que 220 años no son de a gratis. Ahora tengo mi casa y trabajo como maestra de una Universidad privada lujosa.
Es curioso ver a los jóvenes tan nerviosos e impacientes por ponerse la inyección, quien pensaría que un día son mortales y otro no.
¿Que he hecho todos estos años? Simplemente disfrutar, ir por la vida sin preocupación y darle tiempo a todo los que me apasiona, aún tengo una larga lista de cosas que aún faltan por hacer. Pero no quiero hijos, no ahora, solo líos de una o dos noches. Pienso vivir mi vida con toda la tranquilidad del mundo
Pero que falta de educación, me llamo Elina Lee Saez, vivo y nací en Inglaterra, mi madre era mexicana pero se crió en Estados Unidos desde que tenía 2 años, mi papá era de Canadá, ahí conoció a mi madre y se mudaron a Inglaterra y nací yo una chica que ama los tacos y donas.
Mi papá falleció cuando yo tenia 15 años, lo atropellaron, larga historia, él trabajaba en la carretera y un maldito borracho no lo vio. Aveces pienso que me hubiera gustado que mi papá supiera que se creó una inyección para la inmortalidad y que su hija ahora lo es ¿Como hubiera reaccionado? Es una locura, una completa locura, estoy segura que se hubiera puesta rojo y a reírse como loco porque pensaría que no es cierto.
Te extraño mami, te extraño papi.
-¿Que piensas hacer entonces?- pregunta Charlie comiendo la última palomita
-Nada, que se vaya a la mierda- digo quitándole mi dona que veo sus intenciones de comérsela.
Charlie solo se encogió de hombros.
-Era guapo- dijo
-Lo guapo no le quita lo idiota- Dije molesta
Hace 1 semana conocí a un chico en una fiesta, quedamos en vernos ayer y adivinen, me dejo plantada ¿Quien demonios me deja plantada? Ese chico está loco, y ahora me está mandando muchos mensajes diciendo que se le había olvidado la cita. Pues no mi cielo.
-Tenemos que ir al gimnasio- comentó mi amiga mirándose su estómago.
-Ni loca, yo estoy bien y tú mejor opérate-
Ella me mira mal y me lanza mi almohada.
Charlie es mi amiga desde hace 34 años, ella fue mi estudiante, aveces me siento tan vieja por la energía que tiene y es la verdad, estoy tan vieja.
Charlie es mi mejor amiga, la amo, ella siempre me tendrá ahí.
—Te hace falta que te enamores de verdad— dice Charlie.
—Somos inmortales Charlie, ¿realmente necesitamos un amor de verdad?— respondo con otra pregunta.