Capítulo 18 ♠️

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Empaco más abrigos que nada, tengo dos maletas llenas y una maleta de mano que tengo el temor que en cualquier momento explote con mis cosas personales.

Esto es lo que no me gusta de viajar y también cuando regreso que lo último que quiero es desempacar.

Me veo en el espejo y analizo lo que llevo puesto, una blusa de manga larga color verde oscuro, después arriba de esto me puse un suéter ligero negro que tiene escrito "Essence" es de mis marcas favoritas, y arriba del suéter tengo una chamarra con gorro algo gruesa con unos pants grises sueltos para ir más cómoda, imagino que Londres está aún más frío que aquí.

Bajo y pongo agua para café, intento ir a la sala por mi teléfono pero algo resbala por mi pie y hace que caiga de nalga.

—Maldito Alex—musitó.

Si, Alex tuvo la gran idea de sacar los boletos a las seis de la mañana, ¡todavía está oscuro!

Me levanto acariciando mi espalda adolorida.

Estoy apunto de subir a mi recámara pero el timbre suena.

Abro y veo a Dariel con una camisa color anaranjado oscuro con una chamarra de cuero negra abierta y una bufanda gris.

Salto a sus brazos y me besa, paso la noche conmigo, pero desde muy temprano se levanto para ir a su casa por ropa.

—Te dará frío, no puedes ir así—le regaño y miro que detrás de sus botas negras típicas, tiene una simple maleta, solo una y no es tan grande —¿Enserio? ¿que llevas ahí? ¿Un enano?—cuestionó, no puede ser posible.

El rueda los ojos y pasa.

—La chaqueta es de felpa por dentro y traigo lo suficiente, imagino que tu llevas hasta tu licuadora—se burla.

Mira mis pies desnudados y me mira mal.

—Ya se—digo antes de me llame la atención.

—Te ayudó con las maletas—sube conmigo.

Me pongo unos tenis blancos, si alguien los pisa juro que lo golpeo.

Dariel agarra mis dos maletas grandes y le ayudo con la de mano, bajamos y me tomo el tiempo de revisar mis redes sociales mientras Dariel está en el baño.

Hoy es el cumpleaños de Charlie y aunque no lo quiero hacer, terminado buscando su perfil, no por egoísmo o para criticarla, si no para saber que esta bien, por muchos años no me perdí ninguno de sus cumpleaños.

Pero no la encuentro, me ha bloqueado.

Elina, debes entender que ya te saco de su vida, me lo repetiré.

La bocina de un carro suena afuera de mi casa, me paro y voy directo a la ventana y veo que es una camioneta, de ella sale Alex, Hans, Gabe y otras dos personas tres personas que no alcanzo a ver.

—¿Ya llegaron?—pregunta Dariel detrás mío.

—Eso creo—respondo.

Intento ir a la puerta pero Dariel me toma de la mano.

—Si no les hablo mucho o no se me da estar con ellos, no te vayas a sentir mal, soy cerrado Elina—me informa con sus ojos intensos.

Y no lo puedo obligar, no tengo derecho a forzarlo a ser amigo de los míos.

—Está bien, solo quiero que los conozcas—

El asiente y me encamino a la puerta y la abro.

El primero que me abraza es Hans que parece oso de peluche con muchos abrigos, correspondo su abrazo.

Fría inmortalidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora