Capítulo 4 ♠️

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La recepcionista busca en papeles y parece no encontrar lo que busco, después habla por teléfono y descaradamente en mi cara, con la otra persona en la línea se ponen a discutir el que cenaran hoy saliendo de su turno

Hago mi mejor cara cuando ella acaba la llamada. Charlie quería acompañarme pero le hablaron de su trabajo por un compromiso y se tuvo que ir, dijo que me vendría a recoger en 1 hora, cosa que agradezco porque no quería una pelea de ella contra el chico.

Así que también debería pensar que hacer después de aquí, tal vez iría a un bar que está cerca, he ido una o dos veces, mientras ella llega.

—El paciente será dado de alto en 30 minutos, pero puede pasar a verlo, la habitación es la 202, segundo piso a la izquierda—dice y lo doy las gracias.

Cuando llego a el piso doy un gran suspiro, estoy nerviosa y no se por qué, debería estar enojada.

Subo mi blusa de tirantes color mostaza, llevo un suéter de tejido negro arriba y mis jeans.

Cuando un doctor me detiene y me dice que por qué estoy ahí, le digo que soy un familiar y quiero visitar a el enfermo. El solo con la mano me hace una seña para que siga.

Vaya hospital, un asesino puede venir y matarme sin ningún problema.

Cuando estoy enfrente de la puerta doy otro suspiro y entro.

Solo veo una espalda desnuda y él con bóxers

Rápidamente me tapo lo ojos y me giro para darle la espalda.

—Lo siento no fue mi intención—digo rápidamente.

—¿Quien eres? Y por qué has entrado sin permiso?—escucho su voz por primera vez, era fuerte y clara.

—¿Puedo voltear?—pregunto.

—Ya que—responde.

Oh no,no,no

Yo soy la que esta enojada porque a este idiota se lo ocurrió ir como loco por la carretera, no lo dejaré ponerse en sus moños. Yo soy la víctima, yo soy la ofendida.

—Mira, no se quien seas ni me interesa, eres un maldito estupido ¿Que pensabas al ir a esa velocidad y no bajarla cuando me viste??—empiezo a decir con mi mejor cara de mala.

El chico abre más sus ojos verde oscuro, y lame sus labios cuando me escucha hablar y se que está preparo para contestarme, tensa su mandíbula y habla.

—Quiero respeto y yo no te vi cuando apareciste en la carretera, si te hubiera visto, hubiera controlado mi velocidad fue un accidente—explica acercándose a mi.

—Dios mío, quiere respeto el que me lastimo ¿Lo dices así de fácil? No puedes ir así por la vida, casi matando vida inocentes, entiendes? Que po— me interrumpe

—¿Fue un accidente no entiendes? No voy por la vida así y si así fuera eso no te debería de importar, es muy mi vida sol- lo interrumpo ahora yo.

Y con lo que me encanta interrumpir.

—¡Casi me matas! Eres tú el que no entiende, si tú coche si hubiera salido de la carretera ¡hubieras muerto! ¿Era eso lo que querías? ¡Me hubieras metido en un gran problema por tu culpa!—le gritó

Ahora mismo me vale si los doctores me escuchan, estoy que me lleva el diablo, creí que sería más responsable y sensato, pero no, es un inmaduro.

—¡Si me quiero matar es mi problema! ¿Ok? La velocidad y toda la mierda es mi vida. Pero estabas tú y no te había notado y por eso te pido disculpas, perdóname, no quise que salieras lástima, intenté frenar y pasar a otro lado, pero no pude, no sé qué estaba pensando al ir a esa velocidad, pero te juro que no te vi— lo último lo dice tranquilo.

Fría inmortalidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora