Monstruo

27 2 0
                                    

Jamás fue alguien rencoroso, conflictivo o vengativo; cada vez que miraba a Huevo solo veía a alguien que tendía la mano y te sonreía con calidez, alguien cuyo corazón era tan grande y lleno de amor como el vasto mar

Por eso verlo de esta manera era tan preocupante como atemorizante

Winnie estaba petrificada en su lugar, su rostro más palido de lo habitual, sus ojos tan abiertos que dejaban ver sin fisuras sus pupilas contraídas por el asombro mientras contemplaba la escena que tenía enfrente

Los gritos de Huevo llegaban a su sentido auditivo como un trueno estridente, teñidos en rabia y odio, que se combinaba en una tétrica sinfonía con el ruido constante y seco de la palanca metálica chocando con fuerza con el cráneo de Archibaldo Hurtado

Se enfocó en su rostro, tenso y colérico, como sus colmillos parecían más prominentes que antes, como esos ojos verdosos que relucian en paz y jocosos ahora centellaban como un fuego sin control, como la sangre del hombre salpicaba su rostro antes inocente con cada golpe que soltaba

De pronto el sonido de los golpes y los gritos del chico llegaron a ella con más claridad e intensidad, como si antes solo los hubiera escuchado de lejos y ahora se acercara. Fue consciente del latir tembloroso de su corazón y como su voz se quebró al hablar

--Basta...--susurró con el corazón en la garganta, empezando a acercarse--Huevo, detente--habló con más fuerza, pero él parecía no escucharla

Winnie apretó los puños con coraje y se acercó corriendo a su amigo, tomándolo de los hombros para alejarlo del cadáver que él insistía en seguir golpeando

--¡BASTA HUEVO! ¡SE ACABO! ¡YA ESTÁ MUERTO!--exclamó con angustia al ver que el insistía en acercarse al cuerpo inerte de Hurtado

El Trubon se zafó de su agarre de forma brusca y se volteó de golpe hacia ella, haciendo que con un sobresalto la pelirroja retrocediera, viéndolo con un azul que relucia en preocupación

El castaño repiraba de forma irregular, su boca entreabierta que dejaba ver sus colmillos, juraría que incluso estaba gruñendo; sus ojos estaban opacos, sus músculos tensos en el agarre que mantenía sobre esa palanca que estaba manchada de ese espeso líquido carmesí, que también manchaba al muchacho, sus manos, su ropa y su rostro

Winnie lo vio de arriba a abajo mientras daba otro paso hacia atrás, antes de verlo directamente a los ojos

--Huevo, y-ya fue suficiente--titubeo con el corazón latiendole a mil por la adrenalina

El chico parpadeó repentinamente, sus ojos analizándola de arriba a abajo. Ella también estaba manchada de sangre, pero solo la suya debido a sus raspones y las heridas que ese bastardo le dejó, sus manos temblaban ligeramente, respiraba rápidamente, y sus ojos estaban cristalizados, brillantes

Pero no era ese brillo que adoraba causar ver en ella...sus ojos zafiro resplandecían con incertidumbre...y miedo

Winnie notó como su expresión cambiaba, reflejando el asombro y la preocupaciones. Apartó la mirada de ella y la clavó en la palanca que sostenía en su mano izquierda, soltandola de golpe y apartándose de esta en el instante que cayó al suelo, como si le quemara

La respiración de Huevo empezó a acelerarse, viendo frenéticamente el entorno a su alrededor, su vista viajaba de sus manos manchadas al cadáver en el suelo, a la palanca, hasta que sus ojos se clavaron en la pelirroja, dejándola ver sus ojos olivo soltando lagrimas

--S-Soy un mosntruo--su voz salió rota

Winnie negó inmediatamente con la cabeza mientras se acercaba a él, pero el chico se alejaba de ella con cada paso que daba

--No lo eres Huevo--habló suavemente, sin dejar de acercarse

--Lo maté, lo maté--murmuraba mientras se daba golpes leves en la cabeza

--Él iba matarte a ti, a tu familia, los protegiste--

--Me tienes miedo--sonaba como un animal herido, abrazándose a sí mismo mientras su espalda se chocaba con la pared, dejándolo sin escapatoria

--Claro que no...--finalmente pudo acercarse lo suficiente para tocar su rostro, acunando sus mejillas con gentileza. Le sonrío tenuemente mientras sus propias lágrimas resbalaban por sus sucias mejillas, juntando su frente con la de él--...solo tenía miedo de que te perdieras--

El chico empezó a soltar hipidos y sollozos bajos, Winnie lo abrazó firmemente mientras ambos caían de rodillas en el suelo, él la sostenía con fuerza, temiendo que lo dejara solo, llorando en su hombro

Winnie vio de reojo el cuerpo inerte de Archibaldo, haciéndola fruncir el ceño con rabia, sintiendo la aversión brotando en sus entrañas al solo verlo

Lo odiaba, odiaba como en vida siempre sembró el terror y la ignorancia, y odiaba como aún muerto, podía causar dolor y horror en alguien a quien amaba

Alguien a quien ni loca podría culpar por lo que había hecho, cuando ella misma lo habría hecho sin dudar

El peor de los monstruos no es aquel que siembra miedo en los niños, sino aquel que genera tanto sufrimiento y cólera que ni siquiera un niño dudaría en hacer lo más atroz para que el mosntruo se vaya para siempre

Laika kids stories Donde viven las historias. Descúbrelo ahora