Ojos Esmeralda•Pedri González

Capítulo VIII

CONTENIDO EXPLÍCITO⚠️

Nuestras respiraciones estaban totalmente agitadas,se mezclaban de manera irregular.

-Vámonos de aquí- propongo sin dejar de ver sus labios.

Sin decir nada,Pedri me agarró de la mano con delicadeza pero de una manera firme. Me guió hasta la planta de arriba donde había un pasillo lleno de puertas que daban a diferentes habitaciones.

Por la manera en la que caminaba por el pasillo,el canario parecía estar buscando una habitación en concreto,una en la que no hubiese nadie.

-Pedri,a donde vamos?- pregunto tan ansiosa como curiosa.

-A dónde nadie nos moleste- dice dándome una fugaz mirada que está acompañada de una sonrisa ladina.

Sonrío y asiento dejando que guíe mi mano hasta donde él quiera.

-Aquí- dice abriendo una puerta que está casi al final del largo pasillo.

Una vez la abre,no lo puedo contener más y lo beso con todas las ganas del mundo.

Sus manos se colocaron en mi cintura y me guiaron hasta el interior de la habitación. Me metió dentro y cerró la puerta detrás de él antes de girarme dejandome acorralada contra ésta.

Un pequeño gemido se escapó entre nuestros labios cuando mi espalda chocó contra la puerta,algo que,sin duda, revolucionó aún más la hormonas del canario que me besaba,esta vez,más intensamente.

Mis manos viajan hasta el dobladillo de su camiseta y lo levantan para quitársela. Una vez lo consigo, sin dejar de besarlo,mis manos acarician su abdomen de arriba abajo,marcando con las yemas de mis dedos sus notables abdominales.

Sus manos bajaron hasta donde comenzaba mi vestido y lo fueron levantando poco a poco hasta que descubrió la cremallera de éste y se deshizo de la única prenda de ropa que me cubría en pocos segundos.

Sus labios se separaron de los míos y sus ojos viajaron por todo mi cuerpo,analizandome con la mirada.

-Llevabas toda la fiesta sin nada por debajo del vestido?- preguntó con una mezcla de deseo y curiosidad como tono de voz.

-Digamos que las ganas de que tú y yo acabasemos así hoy hicieron que optase por no llevar nada más.

Desde cuándo eres tan atrevida para decir eso Antonella?

El chico se mordió el labio y volvió a acercarse a mí,puso una de sus manos en mi desnuda cadera y la que le quedaba libre en mi muslo, elevándolo ligeramente para colocarlo en alrededor de su cintura.

Mis brazos se agarraron a su espalda y el chico me cargó en peso enrredando mis piernas en su cintura para guiarnos hasta la cama.

Una vez allí,mi cuerpo cayó contra el colchón mientras su cabeza se hundía en mi cuello para comenzar a dejar un rastro de besos desde ahí hasta mis pechos,donde se quedó un par de segundos deleitándose y jugando con ellos.

Varios suspiros se escapaban de mi boca sin poder controlarlos, necesitaba más.

-No estamos en igualdad de condiciones. Aún llevas demasiada ropa- me queje antes de morderme el labio mientras sonreía.

-Eso se puede arreglar rápido- dice incorporándose con una sonrisa para quitarse la parte de abajo de su ropa.

Ahora los dos estábamos desnudos y la cosa era ya incontrolable.