Capítulo XVIII

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CONTENIDO EXPLÍCITO⚠️

Con un fuerte agarrón de mano el canario tiró de mi hasta llegar a nuestro reservado para que yo pudiese coger mi bolso.

-Ya os vais?- preguntó Balde con el ceño fruncido.

-No

-Si

Tanto Pedri como yo respondimos a la vez ganándonos una mirada de confusión por parte del resto.

-Pedri,no quiero irme- dije haciendo puchero.

-No es una opción- dijo cogiendo mi bolso y volviendo a tirar de mi.

-Pasarlo bien!- gritó Sira sonriente.

-Y usar protección- bromeó Ansu provocando la risa del resto.

Rodé los ojos y dejé que el canario me guiase al coche.

Una vez allí,abrió mi puerta y entré sentándome en el asiento del copiloto a regañadientes. Tras unos segundos,Pedri se encontraba en el asiento del conductor y había encendido el motor del coche para ponerlo en marcha.

Bufé y miré por la ventana, ignorando al chico que se encontraba conduciendo a mi izquierda.

Llevaba así un par de minutos cuando sentí una mano en la parte interior de mi muslo.

Mi corazón comenzó a bombear más fuerte y sentía que los latidos se me iban a salir del pecho en cualquier momento.

-Qué crees que haces?- pregunté con la voz entrecortada por su tacto.

-Conducir- respondió con simpleza mientras su mano seguía subiendo lentamente.

-Aja,pues sigue haciéndolo- dije separando su mano de mi pierna algo que fue totalmente en vano ya que volvió a colocarla incluso más arriba, llegando a tocar mi intimidad.

-No llevas ropa interior?- preguntó con el ceño fruncido.

Me mantuve en silencio,las palabras no salían de mi boca.

-Me estás diciendo que llevas toda la maldita fiesta con ese mini vestido y que se te podría a ver visto todo en cualquier momento?- preguntó con la mandíbula realmente tensa.

Asentí lentamente y escuché como soltaba una pequeña carcajada que me acababa de poner a mil.

-Creo que voy a tener que castigarte para que eso no vuelva a suceder- soltó como si nada mientras uno de sus dedos se colaba en mí.

Mi respiración se cortó al sentir como se movía en mi interior con tan solo una mano,mientras la otra se mantenía firmemente en el volante y dirigía el coche.

-Pedri...- murmuré antes de morderme el labio.

-Si Antonella?- preguntó uniendo un segundo dedo a su pequeño juego.

Puse mis ojos en blanco y mi espalda se enderezó por completo mientras sentía como sus dedos se curvaban en mi interior, proporcionándome placer.

-Dime. Joāo te ha dejado así? Te has puesto así por ese bailecito que tuviste con él?- añadió de manera desafiante.

-Si- respondí sabiendo que lo que decía era totalmente mentira.

Mis hormonas habían estado relajadas toda la fiesta hasta que Pedri me cogió y me metió en el baño, acorralandome contra la pared.

Ojos Esmeralda•Pedri González Donde viven las historias. Descúbrelo ahora