Capítulo XIII

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La victoria contra el Chelsea era algo que todos en el equipo estaban dispuestos a celebrar,incluso el propio Xavi les había dejado el día libre para ello.

Todos habían acordado ir a la casa de Ansu y organizar una pequeña fiesta allí a la que sólo asistirían los miembros del equipo y sus respectivas familias o parejas.

Pedri había aceptado esa propuesta a pesar de su lesión en el muslo. Al parecer el golpe le ocasionó una breve rotura en el tendón y eso le dejaría sin jugar unas 3 semanas por lo que me había comentado.

-Verás como llegamos tarde- oí la voz del canario al otro lado de la puerta del baño.

-Qué ya estoy pesado!- exclamé saliendo tras unos 20 minutos arreglándome.

Llevaba un vestido rojo que me llegaba a la mitad del muslo,con un escote pronunciado y la espalda abierta. En general,ese vestido se adaptaba a mi cuerpo y resaltaba mi figura.

-Al fin...- dijo mientras levantaba su mirada del suelo.

Cuando lo hizo,me observó al milímetro analizándome de arriba abajo de una manera no muy discreta.

-Estás increíble Antonella,creo que me tocará marcar territorio hoy- bromeó colocando sus manos en mi cintura.

Me limité a reír y puse mis manos en su nuca.

-Me tocará hacer lo mismo entonces- dije con una sonrisa pronunciada en el rostro.

Pedri sonrió de la misma manera y terminó con la poca distancia que nos separaba en esos momentos juntando nuestros labios en un cálido beso.

Su agarre en mi cintura se hizo más fuerte haciendo que un breve gemido se escapase entre mis labios.

-Debemos irnos- dije avergonzada por el sonido que mi cuerpo había emitido involuntariamente.

-Ohhhh vamos,ahora? Estábamos en la mejor parte- se queja poniendo una mueca.

-Si, ahora- respondí cogiendo mi bolso y saliendo de mi habitación a toda prisa.

Necesitaba aire. Mi cuerpo se había calentado más que un microondas en funcionamiento en apenas unos minutos y mis hormonas estaban demasiado revolucionadas en ese momento.

-Estás muy mona cuando te pones roja- dice el canario apareciendo de nuevo,esta vez detrás mía y al lado del coche.

-Callate ya y conduce- dije dándole un pequeño golpe en el hombro que provocó su risa.

Ambos nos subimos a su coche y me tomé la libertad de conectar el Bluetooth para poner música.

Apenas llevábamos unos minutos en el coche cuando la canción de "La temperatura" de Maluma comenzó a sonar.

Comencé a cantar animadamente bajo la mirada de reojo de Pedri,quién conducía y mantenía su mirada puesta en la carretera sin dejar escucharme en ningún momento.

-Desde cuándo en Italia se cantan canciones de Maluma?- preguntó el canario sorprendido al escuchar como me sabía toda la canción a la perfección.

-Los italianos no somos tan tontitos como los españoles y tenemos más facilidad para aprender otros idiomas,incluso en las canciones- dije sacandole la lengua y tratando de picarle.

El chico que se encontraba a mi lado se limitó a reír y apoyó su mano en mi muslo,conduciendo mientras lo acariciaba, provocando que una corriente eléctrica me recorriese de piés a cabeza.

Ojos Esmeralda•Pedri González Donde viven las historias. Descúbrelo ahora