-Noooo,no te vayas- dijo Pedri haciendo un puchero.
-Pedri,tengo que hacerlo. Ya sabes que mi madre me ha mandado un mensaje diciéndome que tiene que contarme algo importante. Después de eso volveré- dije acariciando su rostro entre mis manos.
-Lo prometes?- preguntó algo apenado.
-Siiii. Ya pareces Mateo, también quieres que te haga la Pinky promess ?- bromeé mientras reía.
-Callate- dijo riendo junto a mí.
-Te veo después- me despedí dándole un pequeño beso en la mejilla.
-Ohhhh vamos,eso no ha sido un beso- se quejó detras de mí.
-Pues te tocará esperar hasta que vuelva platanito! Chauuu- dije saliendo de la casa rápidamente,sin darle opción a replicar nada más.
Me dirigí al exterior de la casa,donde me esperaba mi padre en el coche.
-Holaaa- saludé felizmente mientras entraba en el coche.
-Hola mi amor,lo has pasado bien hoy con Pedri?- preguntó sin siquiera verme.
-Sip. Bueno,de qué queríais hablar mamá y tu?- pregunté con curiosidad.
-Es mejor que esperes a llegar a casa cariño- dijo con un tono de voz frágil.
Asentí no muy convencida y fruncí el ceño algo confusa por sus acciones.
El trayecto hasta la casa donde nos hospedabamos fue totalmente silencioso, ninguno de los dos pronunció una sola palabra durante todo el camino.
Cuando llegamos,ambos bajamos del coche y caminamos,de nuevo en total silencio, hasta el interior de la casa,donde se encontraba mi madre sentada en el salón y mirando a un punto fijo.
-Hola mamá!- saludé dándole un beso en la mejilla.
-Hola cariño- respondió forzando una sonrisa.
-Voy a ver cómo están Gia y Mateo- dije con toda la disposición para subir a la habitación de los gemelos.
Uno de mis piés estaba ya en las escaleras de la casa cuando mi madre alzó la voz para llamarme.
-Antonella,ven. Tenemos algo importante que decirte- dijo haciéndome un hueco en el sofá,a su lado.
Con los nervios a flor de piel,me senté donde mi madre me había indicado y esperé pacientemente a que me contasen eso tan importante.
-Verás hija mía... Sé que es complicado para ti y que te va a doler pero...- mi madre hablaba lentamente,como si estuviese buscando las palabras adecuadas para decir.
-Vé al grano mamá,me estáis asustando- dije realmente nerviosa.
-Lo que mamá quiere decirte es que tenemos que volver a Italia dentro de dos días- completó la frase mi padre por mi madre.
Mis ojos se abrieron como platos al escucharlo y mi corazón comenzó a latir con más rapidez.
-Qué?- pregunté con un hilo de voz.
-Verás cariño... Papá tiene que volver a Italia para trabajar y nosotros... Nosotros ya habíamos hablado de que volverías a Italia junto al resto cuando este momento llegase- dijo mi madre con los ojos aguados.
Las lagrimas hacían fuerza en mis ojos para salir y sentía como el aire faltaba en mis pulmones.
-Pero,no lo entiendo. Por qué no me lo habíais dicho antes?- pregunté entre sollozos.
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Ojos Esmeralda•Pedri González
Fanfiction¿Qué podría pasar cuando la luz de la luna inunda la increíble ciudad barcelonesa y las luces de neón bañan las discotecas de animados y vivos colores? Esa misma era la pregunta para la cual la turista italiana, Antonella de Luca, tenía una firme y...