Capítulo XXIV

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Habían pasado dos meses desde que volvimos a Italia y el verano prácticamente había terminado.

-Venga Antonella,ven conmigo. Será divertido! Además, él correrá mañana- afirmó Joāo tratando de convencerme.

Joāo y yo nos habíamos vuelto muy buenos amigos durante estos meses. Cada vez que podía,venía a Italia a visitarme y pasábamos tiempo juntos. La verdad es que era un chico increíble.

-No sé Joāo... La gente ya está empezando a especular cosas y no me apetece que mi nombre vuelva a salir en ninguna revista- aseguro algo indecisa.

-Antonella,no están afirmando nada que no sea cierto. Charles y tu lleváis casi un mes juntos,era evidente que, en algún momento, algún paparazzi os iba a pillar.

-Ya lo sé- aseguré moviéndome de un lado a otro de la habitación.

-Entonces, que más da que te vean allí? Podéis confirmarlo de una vez por todas- propuso el portugués.

-No creo que a los jerentes de Ferrari les haga mucha gracia que su piloto estrella confirme su relación con una chica como yo.

-Una chica como tú?- preguntó confuso.

-Del montón Joāo, va a parecer que solo soy una fan más- dije tumbandome en la cama,cansada de esa situación.

-Mira Anto,Charles te quiere y sabes perfectamente que tiene ganas de confirmarlo de una vez. Si es cierto que Charles es el piloto estrella de Ferrari,los mandamases no le dirán nada por miedo a perderlo- rebatió Joāo.

Su razonamiento era bueno,la verdad es que, ahí,había dado justo en el clavo.

-Vaaaaale,está bien. Iré contigo- terminé accediendo.

-Si!- dijo mientras lo celebraba echándose encima de mí.

-Basta Joāo,me haces cosquillas!- reí al sentir sus manos masajeando mi barriga.

-Ahí está la gracia- rió junto a mí.

-A este paso me vas a dejar sin novia- dijo una voz varonil entrando en la habitación en la que estábamos.

Joāo se separó de mí y se acercó a Charles saludándolo con un choque de manos y un abrazo.

-Me alegro de verte tío- dijo el portugués sonriente.

-Lo mismo digo asesino de novias- respondió el monegasco de la misma forma.

Los tres reímos y Joāo me dió una mirada cómplice antes de carraspearse la garganta.

-Bueno,yo me voy que esta no es mi casa. Nos vemos mañana tortolitos- se despidió antes de irse.

-Adiós meu amor- me despedí empleando las únicas dos palabras de portugués que había aprendido.

-Eso no es mi amor?- preguntó Charles mientras se acercaba al lugar donde yo me encontraba.

-Eso creo- reí un poco.

Mi risa se le contagió rápidamente y me quedé viéndolo fijamente un buen rato.

-Vendrás mañana a la carrera?- preguntó haciéndome salir de mi trance.

-Sep, Joāo me ha obligado- dije levantadome y acercándome a él.

-Bueno, gracias a la primera vez que te obligó a ir nos conocimos- dijo acariciando mi cintura con sus manos.

Ojos Esmeralda•Pedri González Donde viven las historias. Descúbrelo ahora