Capítulo 1

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La noche era muy aburrida a su parecer, como cualquiera de sus noches en realidad. Su monótona vida no podia ser cambiada por nada desde que se había mudado a esa pequeña ciudad. Cuando le habían ofrecido aquel trabajo pensó que seria una gran oportunidad para mejorar su carrera y ahora tal vez estaba igual o peor a cuando se graduó de la academia.

Ahora mismo estaba sentado en aquel lugar tratando de matar aquella rutina, aunque sinceramente ese no era su sitio.

—¿Qué ocurre, Beka?¿Aun sigue en tu cabeza el papeleo que tenemos que hacer mañana?— pregunto su amigo bebiendo de su copa.

—No es eso... simplemente estoy cansado con todo lo que se hizo hoy— respondio tranquilamente.

—Veras que todo es temporal, pronto nos pondrán en mejores puestos— dijo animado.

—Pero siento que en realidad estas así por otra cosa ¿Qué sucede?— pregunto divertido.

—Nada, es solo que este no es mi sitio— respondio.

—Tú y tu vida monótona mi querido amigo... pero no puedo juzgarte ya que la mía es igual de monótona— dijo divertido.

—Solo bebamos unos mas y regresemos a casa ¿de acuerdo?— propuso alzando su tarro de cerveza.

Otabek acepto y lo imito chocando sus copas. Así lo hicieron, bebieron un par de copas mas mientras recordaban viejas anécdotas de la escuela hasta que sintieron que se hacia tarde. Estuvieron a punto de pagar la cuenta cuando algo deslumbro a Otabek a lo lejos, tardo unos segundos en descubrir de donde provenía.

Se trataba de el brillo de un anillo que estaba colocado en el dedo de un chico muy lindo sentado en la esquina de la barra. Otabek estaba hipnotizado por la imagen de aquel rubio quien solo pasaba el tiempo sin ningún tipo de preocupación, solo sentado sin molestar a nadie y jugando con su anillo de vez en cuando.

El pelinegro no pudo distinguir ningún tipo de aroma por lo que dedujo que se trataba de un beta, por lo regular aquel bar servía para conocer a omegas y eso explicaba el hecho de que estuviera a solas o tal vez se debía al anillo, que parecía ser de matrimonio, en su mano.

—¿Qué pasa, Beka?— pregunto Jean sacándolo de su trance.

—No es nada— respondio tratando de que Jean no se diera cuenta, pero había fallado.

—Es un chico lindo... ¿Por qué no vas a hablarle?— propuso Jean con una sonrisa.

—¿Acaso no ves el anillo en su dedo?— respondio Otabek.

—¿Acaso no sabes que clase de bar es este? Es obvio que su matrimonio o compromiso esta en crisis... deberías de aprovechar, no has tenido acción desde que nos graduamos— bromeo Jean.

—Eso seria inmoral e incorrecto— dijo su amigo.

—Beka, Beka, Beka... siempre buscas hacer el bien y eso hace que te pierdas de muchas cosas, pero bueno, no te juzgo amigo— respondio.

—Ya pague mi parte, me voy a casa— se despidió dejando a Otabek sentando a la barra.

Otabek decidió pedir otra cerveza para así pensar un poco mas en la situación antes de tomar una decisión, estaba a mitad de su cerveza cuando vio a alguien acercarse al rubio. Ambos intercambiaron un par de palabras y luego aquel hombre se llevo a chico de una manera un poco brusca.

El pelinegro se puso un poco alerta y decidió seguirlos hasta afuera donde los encontró peleando, el hombre mas grande tomo al rubio del cuello y lo estrello contra la pared haciendo que por fin interviniera.

Devil by the WindowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora