Capítulo 17

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—¿Estas seguro de esto?— pregunto Mila. 

—¿Qué es lo que harías en mi lugar?— respondio Otabek.

—Ya revisamos todo y colocamos las cámaras de seguridad en donde pidió— dijo el policía.

—Muchas gracias por su ayuda... ¿puedo confiar en que guardaran silencio?— pregunto Mila.

—Por supuesto, señorita Smirnov... conseguí a todos los hombres necesarios y tenga por seguro que no dirán nada— respondio amablemente.

—Estoy muy segura de ello, gracias, puedes retirarte— dijo la pelirroja con una sonrisa.

—¿Estas segura de que no dirán nada? Si nos atrapan podríamos ir a la cárcel— dijo Otabek.

—Estoy muy segura, pondría las manos al fuego por estas personas... estuve haciendo amistad con muchas personas que no siguen exactamente las ordenes del General porque están seguros de la corrupción que hay por dentro— respondio la alfa.

Otabek asintió y volvió a dar un vistazo al lugar. Habían conseguido acoplar una casa que pertenecía a la familia de Jean a las afueras de la ciudad para hacer una casa de seguridad. Ahí mantendrían a Dimitri hasta que pudieran conseguirle una nueva vida en otra ciudad, la llamada de una noche anterior había tomado por sorpresa a Jean y aun así se movió rápido para conseguirlo.

—¿Dónde esta Seung?— pregunto Otabek.

—No lo sé... desde anoche no lo localizamos, debe haber pasado una buena noche— respondio Mila con una sonrisa insinuando el doble sentido.

—Lamento haber llamado de imprevisto... creo que también arruine tu cita— dijo Otabek divertido.

—No del todo... Bella no se ha sentido muy bien últimamente y cancelo la salida de pronto, la sorprenderé en su casa mas tarde— respondio la pelirroja.

—¿Y tú como te sientes? ¿Has hablado con Yuri?— pregunto ella.

—No, aun no... lo buscare una vez que Nikiforov se vaya— respondio tranquilamente.

—Aun lo sigo pensando Beka... ¿crees que en serio desaparecerá de nuestras vidas si lo ayudamos?— dijo Mila.

—No lo sé, pero confiare en que sea así— dijo Otabek con un suspiro.

En ese momento se escucho que estacionaron una camioneta en el patio trasero, ambos salieron para poder verificar todo, del auto bajo Jean junto con Dimitri.

—¿Qué te parece?— dijo Jean hacia Dimitri.

—No puedo pedir mas supongo— respondio indiferente.

—Hay personas que vigilaran los alrededores y nos avisaran cualquier cosa, puedes pedirles lo que necesites y si quieres comunicar algo solo manda mensaje, sin llamar— dijo Otabek entrando a la casa seguido de todos los demás.

—¿Puedo pedirles lo que sea?— pregunto en burla.

—Si, porque nuestro principal objetivo es hacer que su estancia sea placentera— respondio Mila sarcásticamente.

—No me vendría mal ver a Yuri una ultima vez, él me hace tan buena compañía— dijo mirando a Otabek con una sonrisa burlona.

Otabek le soltó un golpe tirándolo al suelo, lo sujeto de la camisa y lo estrello contra la pared bruscamente.

—Cuida tu boca, maldito bastardo... debes entender una cosa y es que tu asquerosa vida ahora esta en nuestra manos, hazme enojar lo suficiente y te entrego a Giacometti para que acabe contigo de una buena vez ¿entendiste?— le grito amenazante. 

Devil by the WindowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora