Un día soleado, donde el aire fresco de la primavera llegaba perfectamente a mis fosas nasales. El bullicio de las personas regocijándose de felicidad era audible y el cantar de los pájaros era melodía para mis oídos.
¡Este día es maravilloso!
Después de un largo invierno, al fin la primavera había llegado y con ella mi llegada a Japón. Hoy, después de una larga semana de viaje, había decidido ir a visitar un rato a mi querido hermano, así que tenia planeado prepararle una exquisita tarta casera.
Ya estaba dentro del supermercado, comprando todo lo necesario: harina, huevos, leche, etc.
Después de un alargado viaje, cuando regrese a mi departamento la alacena estaba totalmente vacía como esperaba, así que aproveche y compre algunas cosas además para el resto de la semana. Tenia planeado ir donde mi hermano y poder tener una conversación después de mi regreso. Y tal vez conseguir un pequeño encargo si es necesario para poder recuperar los gastos del mes.
Ya tenia todo lo necesario, incluyendo una que otra cosa innecesaria. Tal vez hubiera esperado mejor e ir visitar directamente a mi hermano, pero la tradición es ir con un postre cada visita. Y no pienso romper aquella regla.
A lo lejos vi a un hombre pagando por algunas cosas sencillas, me posicione detrás de el. Me daba la espalda, dejándome una buena vista de su espalda que, a simple vista puede ser bastante delgaducho y, por su postura un flojo, pero si miras mejor podrías darte cuenta que tiene bastante musculo, un inesperado sentimiento de tocar con mi dedo índice y pinchar si en verdad mis ojos me engañaban, pero juro que eran músculos o una joroba de grasa.
Le entrego una tarjeta a la empleada del supermercado y sin siquiera preocuparse de regreso su propia tarjeta de crédito, se fue. Mire a la mujer quien lo llamaba, pero el hombre caminaba, sin problema alguno, hacia la salida con las dos bolsas en sus manos.
En mi interior me burlaba de aquel chico, ¿seria demasiado despistado? ¿o lo hizo a propósito? Bueno, no lo se.
Empecé a pasar por el registrador los productos, la mueca de preocupación de la chica la ignoraba por completo. Cuando termine de pagar y estaba a punto de irme, la empleada me detuvo amablemente.
—Disculpe, señorita.. ¿Seria capaz de realizarme un favor?
Desvié la mirada, tratando de ocultar mi mueca. Sabia de que se iba a tratar el favor y me quería negar, sin embargo era débil en decir no a los desconocidos.
—¿Podría ir a entregarle esta tarjeta al señor?— Me extendió la tarjeta.— No puedo quedarme con ella, si llegaran a encontrarla aquí sin un dueño, podría perder mi trabajo.
Parpadee, sorprendida. Estaba a punto de buscar una excusa, con todas las bolsas que tenia de compras. Pero se me adelanto.
—Si es necesario, yo podría guardarle las bolsas, mientras usted le entrega la tarjeta.— Su mirada me suplicaba.— Por favor, me gusta mucho mi trabajo y no podría ir yo porque estoy en mi horario.
—Podría.. ¿llamarlo?
—No ha dejado ningún dato.
Desvié la mirada, dudando al responder. Bueno, si lo pienso bien, tenia toda la tarde para ver a mi hermano y no creo que le moleste que llegue un poco tarde a verlo. Al final acepte la petición.
—Muchas gracias, señorita, prometo que si lo hace, le daré una compensación.
Tome la tarjeta y mientras la chica se ocupaba en guardar mis bolsas detrás del registrador, me dirigí a la salida donde había ido el chico, apenas salí del establecimiento, el aire fresco golpeo mi rostro, busque de mala gana hacia los lados, buscando aquella silueta grisácea entre la gente. La calle no estaba repleta, así que podía ver perfectamente a que dirección fue. Sin embargo, no estaba segura si seguía lo suficientemente cerca para alcanzarlo.
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Rei Suwa - Buddy daddies
FanfictionMiri necesita una niñera que la cuide durante la noche, cuando los asesinos necesitan realizar una misión que dependerá de sus vidas y trabajos. Mientras buscan enloquecidamente una niñera se encuentran con Tn, una niñera de medio tiempo quien tiene...