extras: Que pasaría si....

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Kazuki al saber que Miri consiguió su primer novio, casi le da un ataque al corazón:

—¡No! ¡Por favor no! ¿¡Por qué me pasa esto a mi!? ¿Qué hice para merecer esto? ¡Que pecado estoy pagando!

Los gritos de Kazuki se escucharon en todo el departamento, despertando a la pareja que dormía felizmente.

Rápidamente la pobre mujer, con tremenda barriga crecida, se levantó molesta y se apresuró a bajar a la cocina donde lloraba sin consuelo el rubio.

—¿Puedes guardar silencio? Estoy tratando de dormir y tus gritos no me dejan.

—¡Miri ha sido embrujada! ¡La manipularon! ¡La secuestraron a mi pobre niña!

La castaña se cruzó de brazos, mirando hacia la mesa donde estaba una joven de cabello por sus hombros tomando su desayuno ignorando completamente al rubio.

—Yo la veo sana y salva.

—¡Eso es porque no la escuchaste! ¡Estaba hablando por teléfono con un chico! ¡Un chico! ¡Y no cualquier chico si no con su novio!

—¿Novio?— Hice una mueca.

—¡Si! ¡Dijo que era un personaje de un juego... Un juego donde se podía enamorar de chicos y ellos le hacían una vida feliz! ¡Oh no! ¡Van a tener una vida feliz y mi hija me va a abandonar!

El rubio perdió el control, desesperado se tiró al suelo mientras el melodrama estaba inyectado en sus venas.

—Miri.— La llame.— ¿Tienes novio?

—¡Si! ¡Se llama Yoru- san y es del Otome Pi!

La niña felizmente se levantó de la mesa, tomo su celular y me lo mostró. Era un muchacho animado de un juego infantil para tener una vida virtual amorosa.

Aunque no es de la edad de Miri.

—Miri, no deberías de jugar ese tipo de juegos. Cuando estés más grande, puedes pensar en eso. Pero bueno, lo aceptaré solo porque cumple con las normativas de restricción de edad.

Acaricie suavemente su cabello, dándole la oportunidad de volver a desayunar y devolviéndole el celular. Ella asintió alegre y volvió al comedor.

Me quedé observando al rubio con una sonrisa burlona.

—Te dije que era mala idea darle un teléfono propio.— dije.— Esto es tu culpa.

Deje al rubio lamentándose su propia existencia y decisiones para regresar a la cama. Tenía mucho sueño y dolor de espalda por tener está barrigota.

Miri grito felizmente para después llamarme:

—¡Mama! ¡Yoru- San me pidió que me casará con el!

Solté una suave sonrisa, volví escaleras arriba para subir a mi habitación.

—¿Si? Que bueno, dile que tú padre Rei te llevará al altar.

Miri asintió felizmente. Me gire hacia la rubia oxigenada que se había quedado petrificado como una piedra al escuchar la palabra "Casar".

Los celos de Rei pueden ser mas o menos indiferentes cuando se trata de cualquier persona, pero ¿Mace? no entra en esa categoría. 

—¡Ya llegue! 

Una hermosa niña castaña llego corriendo desde la sala hasta la entrada de la casa. 

Mi barriga estaba bastante grande ya para tener ocho meses, Mace había dicho con ayudarme a subir y se lo agradecía de corazón.

—Bueno, ya estás. Sana y salva. Espero que..-

Un pelinegro muy peligroso le dió un manotazo al chico que sostenía a su mujer. Tenía el ceño fruncido y una mueca infantil.

—No empieces..— Murmuré.

Mace sonrió con malicia y me guiño un ojo, coqueto.

—Ay, cariñooo. Tu leoncito es bastante sobreprotector, como me encantaría quitarle la ropa y...

Rei bajo la guardia, empezó a sentir nerviosismo y sin darse cuenta, fue arrebatado la mujer de sus brazos.

Mace alcanzó a darle un fuerte abrazo a su mejor amiga y antes de despedirse le dió un beso en la mejilla.

—Cuidate bien, y llámame si necesitas algo. Vendré lo más rápido.

Y así, Mace cruzó la puerta y desapareció. Dejando a un pelinegro enojado de brazos cruzados y su esposa burlándose de el y sus celos.

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⏰ Última actualización: Aug 30 ⏰

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