27

1K 113 6
                                    

Cuando desperté, varias voces sonaban a mi alrededor... ¿donde estoy? ¿Que estoy haciendo aquí?

Apenas era capaz de moverme, todo mi cuerpo me dolía y mi cerebro no era capaz de procesar absolutamente nada.

Dios, que migraña.

No muy lejos, las voces se intensificaron y no tarde mucho en querer asesinar a la persona que me estaba hablando.

—Callense de una buena vez.— gruñi.

Un señor de mediana edad, calvo y vestido de blanco se me acercó. Empezó a tocarme la cara y hacerme exámenes en los ojos, boca y partes de mi cuerpo.

Aun seguía aturdida por la conmoción de despertarme, así que aun no tenía en claro en donde estaba y quienes eran estas personas.

—La señora y el bebe se encuentra estables, fuera de peligro.

—¿A quien le dices Señora, viejo calvo?

Me cruce de brazos, frunciendo mi entrecejo. Ya había reaccionado unos segundos después.

Estaba en una camilla, a mi lado estaba el doctor aturdido por mi comentario y a mi otro lado estaba un pelinegro y una rubia oxigenada.

—Quiero chocolate.— chille.— quiero comer chocolate.

El doctor hizo un ademan de acercarse, sin embargo le gruñi, advirtiéndole que si llegaba a tocarme le iba a arrancar el brazo.

—Traiganle el chocolate.— dijo.

Me cruce de brazos, esperando pacientemente mi chocolate mientras nadie se movía. Simplemente miraba el lugar, detallandolo un poco más.

Y en ese momento, me di cuenta que estaba en un hospital.

—¿Que me paso?

—¿Acaso no lo recuerdas?— chillo la rubia oxigenada.

—¿Recordar que?

—¡Una gorda se te tiro encima!

Miro, aturdida a Kazuki, mientras procesaba la información.

—¿Y...?

—Acabamos de descubrir que estas embarazada.— contesto, feliz.

Abrí los ojos como platos. ¿Embarazada...?

¿Yo?

No aguante las ganas y me reí a carcajadas por su chiste de mala calidad.

—Si, si. Se me metió la virgen maría, por eso tengo al lechero de vecino.

Me recosté en la cama, acomodandome, ignorando el detalle de las muecas de mis acompañantes.

—no es mentira. Aquí está la prueba de embarazo.

Alzó de su mano un tubo lleno de un líquido rosado.

—Te hicieron un test de embarazo por sangre, el más efectivo.

Me quede boquiabierta, admirando el frasco de mi propia sangre. Me tomó unos segundos reaccionar.

—P-pero si yo... ¡yo soy Virg-!

Una carpeta de memorias y recuerdos llegaron a mi pensamientos fugaces, tan rápido que apenas logré adaptarme y mirar profundamente a Rei que estaba a un lado nervioso.

—Kazuki... déjanos a solas.

Kazuki siguió hablando un poco más y más, hasta que entendió mi petición y salió corriendo lo más rápido que sus piernas le permitieron.

—Rei... acércate.— ordene.

Mi sonrisa en mi rostro se mantenía cautiva y calmada, sus ojos destellaron miedo y se negó a cumplir mi orden.

—Ven, mi amor, no te voy a hacer nada malo. Solo vamos a festejar por nuestro niño.

Alce mis brazos, dandole seguridad de la buena noticia.

Suspiro y de pocos pasos se fue acercando lentamente, se sento en la orilla de la camilla y se estiro hasta abrazarme, acaricie su espalda y su cuello.

Hasta que llegue a su cabello y lo jale como mis fuerzas alcanzaron.

—¡Imbecil! ¡Me dejaste embarazada! ¡En una sola noche! ¡como es que fuiste capaz de dejarme con un mocoso en una sola noche idiota! ¡retrasado! ¡idiota! ¡pervertido!

Mi mano se movía de un lado a otro y su cabeza rebotaba en el aire. Hasta que lo solté y lo mire enojada.

—¡Te vas a hacer cargo quieras o no! ¡y no acepto un n-!

No me dejo terminar hablar, sus labios se estamparon con los míos. Pude saborear su desesperación combinados con sus lágrimas.

Y me di cuenta que el estaba llorando.

Rei esta llorando.

—Perdón..  no fue mi intención, y se que no debería de emocionar esto.. pero me emociona-

—oh, dios... ¡Rei vamos a tener un hijo! ¡Rei estoy embarazada! ¡Oh por dios! ¡voy a cumplir mi sueño de ser mamá! ¡vamos a hacer una familia tu y yo!

Acerque a Rei lo más cerca posible, mi sonrisa satisfecha era enorme y apretaba con fuerzas al pelinegro contenta por la buena noticia.

—Pero... ¡igual eres un irresponsable imbecil que ni siquiera sabe utilizar un maldito condon!

Lo zarandee de un lado a otro molesta. Hasta que lo solté y empecé a dejar besos por todo su rostro.

—¡Vamos a ser padres!

—Algunas veces no entiendo tu personalidad...

Y así celebramos de que íbamos a tener un nuevo integrante. Muy inesperado, pero querido.

Ahora... ¿Que nos va a traer el futuro?

Rei Suwa - Buddy daddiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora