Rei Suwa - Buddy daddies

17. Sola.

Eran las 2 de la mañana. Después de haber llorado y comer algo, caí rendida en la cama. Me frote los ojos y revise otra vez la hora del móvil, ¿Dónde estará?

Me removí en la cama y espere un rato para ver si llegaba, pero al final nadie entró a la habitación. Al menos, si voy a irme, quiero pasar mis últimos momentos junto con el y Miri.

Me levante de la cama y con cuidado baje las escaleras. En el piso de abajo, me sorprendí que no estaba en el televisor.

¿En donde estará?

Busque por la sala, la cocina y algunos de los cuartos de arriba. No había nada..

Pensé en los lugares que podría estar... si no esta en la sala jugando, esta haciendo ejercicio o en la habitación haciendo yo que se, sino, jugando con la gata. O...

Baje las escaleras y fui al baño, si no esta aquí entonces no se en donde podría estar.

Estaba a punto de irme, no parecía haber nadie aquí, tal vez había salido el y Kazuki a una misión y no me avisaron. Sin embargo, un simple ruido me detuvo, era como un suspiro profundo. Revise por encima cada parte, pero no había nada. Solo quedaba la bañera por revisar. 

Allí, echo una bola entre una sabana estaba acostado. Vaya, no se como prefiere estar allí que en la cama. Me quede absorta mirando el cuerpo echo bolita y me dio ternura. De un salto caí sobre el, se despertó y me miró con mala cara.

—Miri, te eh dicho que no voy a dormir contigo.— Dijo, adormilado.

Solté una carcajada, desenmascarando que no soy la pequeña niña adorable. Me miró unos segundos al escuchar mi voz. 

—Hola..— Salude con una sonrisa.

No contesto. Se dio la vuelta quedando de lado, aun teniéndome arriba. Me moví y me acomode a su lado, encarándolo.

—Rei— Canturreé.— ¿Qué haces aquí? 

Se dio media vuelta, dándome la espalda ignorando mi pregunta. Otra grieta se dibujo en mi corazón. 

—¿Rei...? ¿Qué pasa? ¿Acaso eh hecho algo malo? ¿Por qué no contestas? 

En mi voz se notaba la desilusión. Enrolle mis brazos por su torso y me apegue, guardando su calidez.

—¿Estas enojado?— Pregunté.— Si es así, perdón si hice algo.

Me levante levemente para mirarlo a la cara, me esquivo totalmente y se acurrucó así mismo, ignorándome.

Solté un sollozo, dolida y me levante. Yéndome.

( . . . )

No baje a desayunar ese día, Miri se baño sola y después Kazuki la fue a dejar. Cuando verifique que se habían ido, baje a la cocina y tome una fruta. Mire de reojo al pelinegro que estaba ocupado con su entrenamiento matutino.

Lo ignore, molesta y volví a la habitación. Así fue todo el día. El día siguiente. Y el otro día.

Y si, me harte de su actitud.

Eran las 9 u 8 de la noche, Miri ya estaba en la cama e iba a bajar para hablar con Kazuki. Ya le había enviado mi respuesta a Kyu y ya tenía todo preparado. Cuando baje, me quede en el tercer escalón, en la cocina estaba Kazuki y del otro lado de la barra, Rei.

Rei acariciaba a su gata con cariño y Kazuki lo miraba.

—Te pedí que la alejaras, no que literalmente la encerraras.

El pelinegro rechisto y miró a un lado, al parecer molesto.

—Hice lo que me pediste.— Contesto.— No puedo hacer más.