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—¡Eres un inútil, Katsuki!¡¿Por qué no puedes hacer nada bien, maldito mocoso!?¡Volviste a quemar a las almohadas las malditas almohada que me costaron mucho conseguir!

Los gritos, los insultos, los golpes y palabras que se quedaron clavadas en su mente, seguían atormentando sus sueños.

—Ahora vas a ver, maldito mocoso!¡Aprenderás a las buenas o a las malas!

Los golpes, aquellos que duraban semanas, los castigos, en qué lo encerraban en el sótano todo el día hasta la noche, entre llantos pedía que le abrieran la puerta que ya no se iba portar mal. Pero su mamá nunca apareció.

—¡Otra vez te orinaste las camas!¡Está es la última Katsuki, me tienes harta!

Las veces en que el miedo era superior y su cuerpo solo respondía de manera negativa, todos esos maltratos, lo llevaron a lo que es ahora, no solo eso. La sociedad en general, en la secundaria no tenía amigos, todos lo despreciaban por su mal carácter del cuál fue formado por su madre y cuando se declaró Omega, peor.

—¿Un Omega? Que asco, Katsuki. Me da vergüenza tener un hijo Omega.

Los gritos, los insultos, los golpes, los castigos y el maltrato, atormentan su mente todos los días. Hasta el punto en que se manifiestan.

—¡¿Que hiciste!?¡Te das cuenta de lo has hecho!¡Me has humillado Katsuki!¡¿Cómo te atreves ha hacerme esto!?

Su madre aquella vez tomo lo que tenía a la mano y no paro de pegarle, nunca paro, pero Katsuki seguía gritando que parará.

—¡AH...! — Los ojos rojizos se abrieron de golpe mientras estaba gritando.

Izuku también se despertó enseguida apenas escuchó el grito, se levantó rápidamente mirando hacia su Omega.

—¡Kacchan!¿¡Que paso, cariño!?

Katsuki intentó incorporarse pero al hacerlo gimió de dolor tocando su vientre, las lágrimas empañaron su rostro y notó como había quemado las sábanas con su don.
Estaba sudando frío, su respiración no era normal y su corazón latía muy rápido. Izuku lo abrazó sobando su espalda y su barriga, intentando calmar a su Omega.

—Ella ya no está aquí ¿Okey? Ella no te va hacer más daño, nadie más. Yo estoy aquí, yo estoy aquí contigo— Susurró Izuku gentil, el Omega cenizo se aferró a su Alpha respirando su aroma para tranquilizarse.

Izuku subió a Katsuki en su regazo y abrazarlo más fuerte, sin dejar de acariciarlo y dándole afecto. El Alpha estaba acostumbrado a esa escenas, desde la primera vez que durmieron juntos, Katsuki ni podía dormir por culpa de esos traumas que se presentan en forma de sueños.

Sueños que hacen que Katsuki se quedó paralizado lleno de miedo y pánico, es como si lo estuviera viviendo esos traumas otra vez.

El Omega dejo de temblar luego de un rato e Izuku no lo dejo en ningún momento, empezó a respirar suavemente para que Katsuki lo imitara, funcionó para reponer la respiración del Omega.

—¿Estás mejor?

—Si... — Dijo Kacchan en tono bajito sin querer despegarse de Izuku.

Sentía que si soltaba a Izuku, ella volvería y Katsuki no quería eso.

Deku tocó los pies de Katsuki por accidente, estaba helados y todo su cuerpo también, eso no era bueno para su salud, a veces su calor corporal era suficiente para el Omega pero no para su cuerpo. El Alpha usando su don buscó una manta térmica sabía que Katsuki no lo soltaría y si lo obliga hacerlo se pondrá peor.

El Alpha al tener lo que buscaba, arropó a su Omega hasta envolverlo por completo. Lo volvió acostar en la cama suavemente, nunca dejo de abrazarlo y hacerle saber que seguía ahí con él.

Villan Omega - [Dekubaku][FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora