Estaba en el quinto periodo de ciencias cuando escuché un ruido afuera. Sonaba como si alguien estuviese siendo atacado por aves poseídas, y créanme, esa es una situación en la que he estado antes.
Nadie más en la clase parecía darse cuenta de la conmoción. Estábamos trabajando en el laboratorio y todo el mundo estaba hablando, por lo que no fue difícil para mí mirar por la ventana, mientras fingía vaciar mi baso de precipitado.
Efectivamente: había una chica de cabello castaño muy descuidado, con jeans, botas de combate y una chaqueta de mezclilla. Estaba cortando a una parvada de pájaros negros del tamaño de cuervos, similares a las aves de Estínfalo en cierto sentido.
Las plumas de estas sobresalían de su ropa, por varios lugares. Un corte sangraba por encima de su ojo izquierdo. Mientras observaba, una de las plumas de las aves voló como una flecha y se clavó en su hombro. Maldijo y partió al pájaro en rodajas, pero aún habían muchos más.
Lo más interesante del asunto, yo conocía a esa chica.
Se suponía que Clarisse vivía todo el año en el Campamento Mestizo, por lo que no tenía ni la menor idea de lo que estaba haciendo en el Upper East Side, y en medio de un día de escuela, pero era evidente que tenía problemas. Y no iba a resistir mucho más tiempo.
Hice lo único que podía:
—Señora White—dije—. ¿Puedo ir al baño? Siento que voy a vomitar...
Ya sabes que con los profesores hay que usar la palabra mágica, y "por favor" no es la correcta. La verdadera magia reside en la palabra "vomitar". Esa te sacará de clase más rápido que cualquier otra cosa.
—Ve—respondió la profesora.
Corrí hacia la puerta, despojándome de los lentes de seguridad, guantes y bata de laboratorio. Saqué a Contracorriente y salí al pasillo.
"¿Qué crees sucede?"—preguntó Zoë, manifestándose a mi lado.
—No tengo ni la menor idea—admití—. Pero no puede ser bueno.
Salí por el gimnasio. Llegué a la avenida justo a tiempo para ver a Clarisse deshaciéndose de un pájaro con un golpe de la cara plana de su espada. El ave graznó y voló en espiral hasta estrellarse contra la pared de ladrillo para luego caer en un contenedor de basura.
Eso sólo dejaba a un puñado más alrededor de la hija de Ares.
—¡Clarisse!—grité.
Ella me miró con incredulidad.
—¿Percy? ¿Qué estás haciendo...?
Se vio interrumpida por una lluvia de flechas que sisearon por sobre su cabeza y se clavaron en la pared.
—Está es mi escuela—le dije.
—Eso es conveniente—reconoció.
Desplegué mi espada plateada y me uní a la batalla, los pájaros se desviaban ágilmente cuando me les acercaba, pero rápidamente me volví capaz de predecir su trayectoria.
Ambos rebanamos y cortamos hasta que las aves se fueron reduciendo a montones de plumas en el suelo. Repisábamos con dificultad, me había ganado algunos rasguños, pero ninguna herida importante.
Me saqué una pluma del brazo. No se había enterrado muy profundo, y tampoco parecía ser venenosa. Estaría bien.
Tomé una bolsa de ambrosía de mi chaqueta, donde siempre está en caso de emergencia, tomé la mitad y le ofrecí a Clarisse la otra mitad.
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Doce Desastres y Pecados
FanficSecuela de "El Éxodo de Hércules" El nuevo Mensajero de la Justicia continúa superando misiones conforme la cuenta regresiva hacia el gran final se acerca. Tras haber completado ya seis de los trabajos de su antiguo mentor, Perseus Jackson se ve en...