☆Capítulo 17☆

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  La próxima vez

Me desperté con mi rostro enterrado en el pecho de Duff, mientras el me abrazaba.
Me removi en el lugar y me fijé la hora en el reloj que tiene izzy colgado en la pared. Eran las 12:45 hs del mediodía.
Me quise levantar pero Duff hizo fuerza con su brazo, haciendo que caiga a su lado otra vez.

—Cinco minutos más...—dijo con voz adormilada y los ojos cerrados. Fue lo mejor que vi en mi vida.

—Ya van a ser las una tenemos que levantarnos—le contesté mientras sacaba algunos mechones de su cara. El piercing de su nariz brillaba con la tenue luz que entraba por la ventana.
Él abrió un ojo y lo volvió a cerrar.

—Hay mucha luz...que tal si te me tiras encima para apagarla.

—Ja ja, muy gracioso—dije sarcástica—hablando de obscenidades hay algo que tenemos que hablar—le dije saliendo de sus brazos y parandome.

—Si me vas a terminar al menos déjame llegar a los tres meses de relación. Aunque dudo mucho que quieras dejar a un muñeco como yo—me dijo Duff mientas se refregaba el ojo y se despejaba.

—¡¿Quieren callarse de una puta vez?!—habló un Axl molesto, quien tenia la cara enterrada en la almohada.

—Porque hablaste zanahoria, quería seguir escuchando la conversación—habló Nicki de repente.

—Si tanto quieren escuchar como lo hicimos anoche, bienvenidos sean—hablo Duff.

—No me digas que de verdad lo hicieron anoche—dijo ahora Lucy sentándose en su lugar con todo el pelo alborotado y la cara adormilada.

—Por supuesto que no—me apresuré a contestar, antes que Duff llevara la conversación a otro lado.

—No me quiero levantar...—se quejó Steven, tapándose la cara de la luz del sol que entraba por la ventana con la almohada.

—Vamos chicos, prepararé el desayuno si quieren.—propuse.
Axl sacó la cara de su almohada y me miró.

—¿Qué cocinaras?

—¿Qué quieren comer?

—Panqueques—Yo suspiré, pero terminé aceptando.
Llenar un estómago como el de ellos no era fácil, pero tampoco imposible.
Me dirigí a la puerta pero al caminar me choqué con algo, o con alguien.
Miré al suelo y ahí estaba Slash, tirado. Lo había golpeado por accidente en las costillas.

—Oigan...Slash esta vivo ¿no?—les pregunté a los demás mientras miraba al moreno.

—Tal vez—contestó Axl, prendiendose un cigarrillo.
Lo sacudí con el pie y no se despertó.
Oh por dios, ¿que haría yo si uno de los chicos se muere en mi cuidado? Me siento responsable de estos idiotas.
Me agaché hacia Slash y lo empecé a sacudir mientras lo llamaba por el nombre.

—¿Slash?, ¡Slash!.
Gracias al cielo, reaccionó.

—¿Eh...?, ¿Qué...?—contestó mientras se ponía boca abajo y se sostenía con sus codos. Se notaba que estaba muy confundido.
Respiré hondo, dando gracias al cielo que seguía con vida.

—Trata de no morirte mientras este yo presente—él moreno volvió a acostarse, haciendo sonar su rostro contra el suelo.
Después de todo, Slash era al que más cariño le tenía, después de Duff obvio.
Era el más bromista e idiota de todos, después de Duff obvio.
Y también el que mejor manos tenía, después de Duff obvio.

Después de lavarme la cara y arreglarme el pelo, me puse a cocinarles panqueques a los chicos. Pero aunque ninguno se hubiese dado cuenta, mi mente no podía dejar de preguntarse lo mismo.
¿Dónde fué Izzy?
Mientras hacía los panqueques escuché la puerta de la casa abrirse.
A los segundos, un Izzy trasnochado cruzaba por la cocina, buscando un vaso de agua.

—Ey...—Le dije en cuanto lo vi.

—Buenos días.

—Buenos días, oye ¿dónde estabas?

—No te importa.

—Oye bueno, solo preguntaba, me tenias preocupada, es todo.

—¿Porqué deberías preocuparte por alguien a quien ni siquiera conoces? ¿Qué te importa lo que yo haga?

—Bueno si, es cierto, no te conozco tanto, pero tampoco eres un desconocido. Y tampoco tienes el derecho de decirme por quién me debo preocupar y por quien no. Es algo que decido yo, no tú—le contesté lo más amable posible. Él pelinegro solo me miró, respiro hondo, y me dió la espalda. Aún tenía la esperanza de que Izzy fuera más amable una vez que lo conociera más. Sinceramente, nunca se me cruzó por la mente que su personalidad fuera tan seria como su rostro.

—¿Los idiotas aún siguen en mi habitación?—preguntó.

—Si—él comenzó a marcharse, pero se detuvo antes de salir de la cocina y habló aún sin mirarme.

—La próxima vez que tu novio se caliente, dile que no haga tanto ruido. Es un asco—y se marchó.
No. Podía. Creerlo.
¡Nos había escuchado! ¡Que vergüenza! ¡lo sabía! ¡sabía que alguien podía escucharnos! Sentí como la temperatura de mi rostro comenzó a subir.
En ese momento apareció Duff en la cocina, momento indicado en el lugar indicado.

—Wow, ni siquiera me di cuenta de que el emo no estaba. Parece que no cojio bien anoche—Lo miré reprochandolo.

—¿Y ahora que dije?—dijo inocente.

—Nos escuchó anoche—le dije bajando la voz. Duff comenzó a reírse.

—Pero si ni siquiera hicimos ruido.

—No, no hacíamos ruido pero cuando todo está en silencio se escucha cuando una persona se mueve, se escucha el sonido de las sábanas rozando.

—No estábamos tapados—contestó con una sonrisa, acercándose a mí.
Era obvio que le estaba buscando la quinta pata al gato como quién dice.

—Pero estábamos acostados SOBRE las sábanas. Ok, escucha. No vuelvas a hacer eso cuando estemos todos ¿esta bien?
Duff tomó mi brazo y me dio la vuelta, se acercó a mí y apoyo todo su peso sobre mi, haciendo que mi espalda toque la mesada donde estaba haciendo la masa para los panqueques.

—Muy bien, la próxima vez trataré de hacer menos ruido.
Dijo para luego besarme. Sus besos son intensos. Pero traté de cortárselo para seguir haciendo el desayuno.
Él se quedó a mi lado mientras terminaba de cocinar. Cuando ya estuvo todo servido sobre la mesa los llamé a los otros olgazanes.

Todos bajaron a desayunar, o almorzar. Lo que sea.
Menos Izzy, así que le lleve su desayuno a la habitación, pero no quiso abrirme la puerta,  le dejé el plato en el suelo hasta que el decidiera comer.
La verdad no se muy bien porque está tan enojado. Tal vez no la paso bien anoche fuera de casa.

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𝐈𝐧𝐞𝐯𝐢𝐭𝐚𝐛𝐥𝐞 𝐃𝐞𝐬𝐭𝐢𝐧𝐨 ☆(Duff McKagan)☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora