Juntos por siempre
Como habían dicho los chicos, hicieron una fiesta, una muy grande de hecho.
Por suerte, Duff no se dió cuenta que escuché la conversación que tuvo con los chicos.Me vestí para la ocasión, pero tampoco quería mostrarme mucho.
Según Duff estaba "demasiado hermosa como para descuidarme en toda la noche". En otras palabras me dijo que no me dejaría sola.
Aunque todos los chicos estuvieran divirtiéndose, en todos los sentidos, yo no podía dejar de pensar en la conversación que tuvieron hoy a la tarde.Debería hablar con Duff sobre esto, pero...no es que pueda ir con una cerveza en mano y decirle como si nada "oye Duff aún no tuve sexo contigo porque la verdad no quiero que me quieras por mi cuerpo y luego te largues cual padre comparando cigarrillos".
Tal vez...¿pueda intentarlo?
Aaaaaaaagh son muchos pensamientos a la vez.
Las horas pasaron, ya eran como las tres de la madrugada y yo ya estaba harta de pensar tanto las cosas, aún estando un poco ebria.—Oye, ¿estas bien, linda?
Duff me sacó de mis pensamientos. Él también ya estaba bastante pasado de copas. Mejor dicho, bastante MUCHO, pasado de copas, y quien sabe que más.—Si, claro, estoy perfecta—le respondí dándole una gran sonrisa. Él lo dudo, pude notarlo.
Lo que me sorprendia de él es que aun estando ebrio y seguramente drogado, pueda notar cuando alguien le miente. Es un don increíble y a la vez estúpido.—Sabes que puedes decirme lo que sea ¿no?. Habíamos acordado que hablaríamos las cosas Lyn.
Es cierto, esa noche que Mandy apareció en el bar, prometimos hablar las cosas cuando a alguno de los dos nos incomodara algo.
Dude mucho si decirle o no.—¿Podemos...ir a la habitación para hablar mejor?—la verdad, la música estaba muy alta como para hablar un tema como ese en la sala de estar donde estábamos.
El rubio accedió, tomó mi mano y me guió hasta su habitación.
Una vez dentro, trabo la puerta ya que habían muchos hormonales que se metían a las habitaciones para tener sexo.—Muy bien, ¿que sucede?—me pregunto mientras se sentaba en su cama, aún con la botella de Vodka en su mano.
—Es que...me da vergüenza decirlo.
—Vamos Lyn, sabes que puedes tenerme confianza.
Lo miré, tenia esa mirada tan sincera, tan bonita.—Yo...¿Recuerdas que ese día en el baño, te dije que no quería dar "el siguiente paso" hasta que seamos novios?
—Aja...—asintió, recordando el momento.
—Y...te dije que no quería porque tenia miedo de que solo quisieras sexo y luego te largaras con la primera que se te atraviese.
—Si...lo recuerdo, ¿y tú recuerdas lo que te dije en ese momento?
—Por supuesto, me dijiste que no me querías para eso, que jamás me utilizarias por sexo. Bueno...yo...después de que nos volvimos novios y todo eso...aun seguía con...esa...desconfianza—Mire el suelo, no quería que malinterpretara lo que le estaba diciendo—¡Pero, con todo lo que has hecho por mí me has demostrado que no es así, que yo estaba equivocada!. Te amo Duff, y...y...
El rubio se puso de pie y se me acercó. Yo solo lo miraba.—Lyn. Te amo, y si tengo que esperarte todo un maldito año hasta que te sientas lista, lo haré, mientras tanto, tengo a mi buena amiga, mi mano.
Solté una carcajada, y lo besé. Un beso casto, para después separarme y mirar esos hermosos ojos verdes, cuyo brillo y color eran cautivadores.—No tienes que esperar todo un año Duff, porque lo estuve pensando y...estoy lista.
—Tranquila Lyn, no tienes qu...—lo interrumpí besándolo.
Él me siguió el beso, al principio era lento y exisito. De esos que derretían a cualquier persona. Pero luego de unos segundos el beso tomó intensidad. Él introdujo su lengua para que juegue con la mía. Presionaba mis caderas con sus fuertes manos.
Bajó sus manos hasta mi trasero, apretandolos y haciendo que se me escapara un gemido. Él rió entre el beso de la forma más sensual que pude ver jamás.
Sin cortar el beso me guió hasta su cama, quedando yo abajo de el. Pasé mis manos de su cuello hasta su abdomen. Acariciándolo, para luego sacarle la camisa. Esta estaba abajo de los pantalones por lo que se me hizo difícil sacársela de ahí. El rubio se dio cuenta de esto.—Tranquila—dijo enderezansose—lo haré yo por ti.
Se sacó la camisa, quedando con su torso desnudo, trague saliva, era la mejor puta vista que pude haber tenido en toda mi maldita vida.
Continuo besándome, para luego bajar por mi cuello, haciendo que largue pequeños gemidos. En poco tiempo, ambos estábamos en ropa interior. Para luego, estar sin ella.
Ya había visto el miembro de Duff antes y no era ninguna sorpresa lo grande que era.
Él comenzó a prepararme, ya que, según él, quería hacerlo de la manera más perfecta que pudiera.
Pasaba sus dedos por mi clitoris, haciendo que gimiera cada vez más. Luego introdujo dos dedos en mi vagina. A este punto, me iba a venir antes de que siquiera entrara.—Y-ya Duff...y-ya estoy l-lista—le dije como pude.
Él se posicionó entre mis piernas, de su mesita de noche saco un sobresito cuadrado plateado, lo abrió y se colocó el condon.—¿Lista?, lo haré despacio...
Fue introduciendo lentamente su miembro. Dolió un poco, pero luego de un rato ya no era dolor, era placer.
Él comenzo a hacer movimientos lentos y muy tentadores.—A-ah...
Lo abracé por su cuello y le gemia en el oído, sabía que eso lo volvía loco. Comenzó a hacer estocadas mucho más ligeras, para luego hacerlas aun más rápidas.
—Di-dios...
Escucharlo gemir era el mejor sonido de toda esa puta noche.
Yo me aferraba a las sábanas, podía sentir como si estuviera en el cielo, podía sentir como ese momento se volvía único para nosotros dos.
Él tomó mis caderas y sus estocadas eran muy fuertes y profundas.
Estuvimos así mucho tiempo, yo sentía que me derretía.—Me...voy a...venir—dijo entre gemidos, tirando su cabeza hacia atrás. Dió sus últimas estocadas, nuestros jadeos estaban mezclados entre sí. Y nos vinimos al mismo tiempo.
Él estaba agitado y transpirando, con los mechones rubios pegados a su cara.
Lo miré, y me lanzó una mirada penetrante.
Le corrí la cara, si estaba roja ahora lo estaba aun más.
Sentí su mano tomar mi rostro y me obligó a mirarlo.—No me desvies la mirada—dijo para volver a besarme. Cortó el beso y se acostó a mi lado.
Yo lo abracé y él me lo correspondió, para luego besar mi frente.—Te amo, Marilyn. Eres hermosa por dentro y por fuera.
—Prométeme que no me dejaras después de esto.—dije, levantando mi cara para poder verlo.
—Lo prometo bebé, estaremos juntos por siempre, te doy mi palabra.
Me miró con ternura y un pequeño brillo en sus ojos nació. Me hablaba con honestidad, lo sabía.
Hundí mi cara en su pecho y cuando menos lo pensé, me quedé profundamente dormida.
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Holiss, acá un capitulo +18, espero que les vaya gustando la novela, si es así me ayudan mucho regalándome una "estrellita".
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𝐈𝐧𝐞𝐯𝐢𝐭𝐚𝐛𝐥𝐞 𝐃𝐞𝐬𝐭𝐢𝐧𝐨 ☆(Duff McKagan)☆
RomanceMara, Joana y Samanta tienen un accidente de auto tras una discusión. Las tres quedan inconscientes y despiertan en un mundo totalmente conocidos para ellas. La famosa década de los 80s. Ninguna sabe como llegaron ahí pero no desaprovecharan esta op...