Camille Potter era la hermana melliza de Harry Potter. Es una chica bastante bromista al igual que su padre, James Potter, en especial si las bromas eran para los Slytherin.
¿Su vida? Jamás había sido normal, menos con la llegada de los hermanos Rid...
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Último día que estaban en el cuartel, Camille ya se encontraba un poco más tranquila con respecto a sus sentimientos, el a ver hablado tanto con Hermione como Sirius, fue como quitarse un gran peso de encima.
Los hermanos se despidieron de Sirius, prometiendo regresar para las vacaciones. Después de unas agradables vacaciones, regresaban al colegio, donde seguirían con sus prácticas y Camille se enfrentaría con lo que evitó por buen tiempo.
-Matheo te extrañe muchisimo...- Millecent abraza a al castaño. - Ven aquí...- sin esperarse la castaña besa a Matheo con desesperación, Camille quien iba pasando por allí junto a los gemelos, miró a otro lado molesta y celosa.- Vamos Matheo, quiero que abras los regalos que traje.- chilla Millecent.
Tomó la mano de Matheo y lo jaló en dirección hacia las mazmorras, hubo un momento en el que pasaron a lado del otro, ambos jovénes cruzaron miradas pero se ignoraron.
-Vimis Mithii, quiiro qui ibris lis rigilos qui traiji.- se burla la pelirroja haciendo que los gemelos rieran.- Los veo después, voy a buscar a Hermione.
-Esta bien.- asienten los pelirrojos. Camille va en busca de la castaña y a lo lejos mira que Tom se le acerca rápidamente, esta suspira deteniéndose antes que la jale como estaba acostumbrado.
-¿Buscabas algo?- pregunta Tom.
-A nadie que te importe.- responde.- Permiso debo irme.
-¿Por qué? Te pongo nerviosa...- se acerca a ella.
-Ja, no.- niega divertida.- Pero no voy a quedarme mucho tiempo, para que me dejes como la otra vez.
-Fue un castigo.- se encoge sin importancia.- Admite que te gusto.
-Si no quieres nada, adios.- intenta irse pero es detenida por Tom.
-Toma, no preguntes.- susurra dándole una nota.- Ni se te ocurra llegar tarde.
Antes que Camille lograra responder, Tom sigue su camino por el pasillo desapareciendo de la vista de la pelirroja, esta mira el papel donde decía que la esperaba en la torre de astronomía después de la cena, inconscientemente una pequeña sonrisa se extiende en su rostro.
-¿Acaso juegas con Tom también?- una voz la hizo sobresaltar.- ¿Qué crees que pase cuando se entere sobre nuestro beso, algo que no solo fue una vez?
-Para empezar, él y yo no somos nada.- dice Camille mirándolo nerviosa.- Y segundo, dijiste que no hablaríamos de eso.
-Me parece que cambie de opinión.- se acerca a ella, solo bastaba un mínimo movimiento para que sus labios se besaran.- Me encantaría restregarle a Tom, lo que nos divertimos.
