Camille Potter era la hermana melliza de Harry Potter. Es una chica bastante bromista al igual que su padre, James Potter, en especial si las bromas eran para los Slytherin.
¿Su vida? Jamás había sido normal, menos con la llegada de los hermanos Rid...
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-Shh...- musita el pelirrojo aguantando la risa mientras vigilaba que no viniera nadie.- Dense prisa.
Los tres chicos se encontraban en unos de los pasillos que estaba algo desolado, preparando una caja de "dulces" para entregárselo a Filch, estos estaban rellenos de caramelo, pero no era cualquier caramelo, ya que quien consumiera de esos dulces provocaba que le salieran granos por todo el cuerpo y rostro.
Ya los habían usado un par de veces con algunos estudiantes de Slytherin, idea que fue dicha por Camille durante en trascurso del ciclo pasado. Así que esta vez decidieron volver a usarlo pero contra el conserje, ya que descubrieron que ellos los vigilaba por ordenes de Umbridge.
-De acuerdo, ya están.- informa Camille agarrando la caja que le darían a Filch.- ¿Quién se la dará?- inquiere viendo a ambos chicos pero ellos la miran directamente a ella.- No...
-Por favor Camille.- le dice George con una sonrisa inocente.- Tú eres la indicada.
-George tiene razón.- asiente Fred estando de acuerdo con su gemelo.- Con esa carita de inocente, ¿Quién podría resistirse? En cambio, si somos nosotros, no lo aceptará.
-No se vale...- hace un puchero.- Ya le he hecho bromas, ¿En serio creen que eso resulte?- los gemelos se miran entre ellos y luego regresan la mirada.
-¡Sí!- Camille rodó los ojos.
-Bien, pero si me atrapan, ustedes caen conmigo.- les advierte caminando en dirección contraria.
La pelirroja se asomó viendo a Filch ver hacia donde estaba una de las entradas de la Sala de Menesteres, dio un largo suspiro y caminó de lo más tranquila en esa dirección, Filch al verla entre cerró los ojos mientras Camille le dio una sonrisa inocente.
-Hola Filch...- saluda de manera manipuladora.- Verás, me he sentido muy mal por todas las bromas que he hecho, en especial a ti, tú te has llevado las peores.- comienza hablar con un tono risueño.- Así que como ofrenda de paz, te regalo esta caja de dulces, todos son de caramelo.- lo extiende.
Filch la mira dudosa recibiendo la caja y no tarda en abrirla notando que efectivamente eran dulces, mirada nuevamente a Camille quien sonríe aún más de manera inocente.
-Bien, espero que te gusten.- finaliza alejándose de allí de manera rápida, dio vuelta por el pasillo para después asomarse y mirar que Filch comía varios dulces, ya para que cuarto dulce el rostro se le empezó a llenar de granos.
Camille no evitó soltar una carcajada de diversión, el hombre miró en dirección de la pelirroja haciendo que se pusiera seria pero era muy notorio que se estaba divirtiendo con la situación; antes que el hombre fuera por ella y llevarla con la profesora, salió corriendo hasta desaparecer del radar de Filch.
Se detuvo cerca de las mazmorras y se asomó para ver que nadie la seguía, suspiró aliviada y sonrió divertida al recordar lo sucedido hace unos momentos atrás.
