Camille Potter era la hermana melliza de Harry Potter. Es una chica bastante bromista al igual que su padre, James Potter, en especial si las bromas eran para los Slytherin.
¿Su vida? Jamás había sido normal, menos con la llegada de los hermanos Rid...
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-Mata al intruso.- ordena Lord Voldemort, el rayo verde impactó en el pecho de Cedric dejándolo en el suelo sin vida, Camille sentía las lágrimas gruesas caer por sus mejillas y un grito salió de su garganta.
La escena cambió dejando ver a Colagusano dejar caer en el caldero al extraño en sus brazos, la pelirroja solo miraba asustada todo lo que el hombre hacía mientras su hermano intentaba hablarle para hacerla reaccionar.
-La sangre del enemigo...- pronuncia el hombre provocando que el miedo y temor invadiera por completo a la joven, Colagusano se acerco cortando parte de la muñeca a cada uno.
-¡Déjala!- grita Harry al escuchar el sollozo de su hermana, Camille miraba como la sangre baja poco a poco de su antebrazo. Después de eso todo fue tan rápido para la joven Potter, flashes de como el monstruo que asesino a sus padres resurgía para luego pasar a una escena en donde Voldemort torturaba a su hermano, fue allí que despertó con la respiración agitada.
-Mierda.- musita Camille notando que empezaba a amanecer, paso sus manos por su rostro notando que sus mejillas estaban húmedas, la pelirroja se sentía desconcertada y perdida.
No importaba cuantas veces tuviera ese mismo sueño, siempre causaría las mismas sensaciones y el miedo invadir su cuerpo, inconscientemente su mano fue al antebrazo donde tenía la cicatriz, sus ojos empezaron a picar y a nublarse por las lágrimas que se empezaron a acumular en ellos.
-¿Y a ti que?- la voz de Matheo la trajo a la realidad, dándose cuenta de lo que pasaba a su alrededor. Ambos estuvieron toda la noche juntos y se habían quedado a dormir en el suelo de la torre de astronomía.
-Nada que te importe.- dice Camille yendo a buscar su ropa, el castaño frunció el ceño confundido y se pone de pie yendo detrás de ella, Camille se detuvo cuando terminó de abrochar el brasier y puso sus manos en su rostro.- Hey, ¿Qué te sucede?- inquiere sonando preocupado.
-Y-yo... como si realmente te importará.- dice con un nudo en la garganta.- No sucede nada y lo que paso ayer....- simplemente niega terminando de cambiarse.
-Se que estás loca o lo que sea.- se burla haciendo que la pelirroja lo vea.- Pero necesitas relajarte ¿Y disfrutamos un poco más, tu y yo?
-Matheo...
-Joder, no sabes cuanto me ponen escucharte decir mi nombre.- sonríe inocentemente contagiando a Camille con una sonrisa divertida, haciendo que olvidará el sabor amargo de la pesadilla.
-Debo irme.- responde dándole un leve empujón, Matheo sonríe ladino.
-Como quieras.- se encoge de hombros.- Si tú no quieres relajarte, yo si lo haré. Iré a tomarme un largo baño.- dice mientras se vestía.
Camille mientras se terminaba de cambiar, no dejaba de pensar en lo bien que había pasado anoche, sabía que en parte probablemente eso estaba mal, pero por un momento olvido la rivalidad entre ellos y aprovechó, aunque otra parte creía que sólo fue para vengarse de Tom.
