Capitulo 11

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Capitulo 11

— ¿Buenas tardes?—salgo de entre mis muchos instantes con la carpeta de inventario en mis manos, para ver a un hombre parado frente a mi escritorio viéndose perdido.

— Buenas tardes—lo saludo acercándome.

— ¿Es el bibliotecario?—me pregunta y yo asiento—. Mucho gusto, soy el nuevo profesor de literatura—me extiende la mano y se la tomo en saludo.

— Es un gusto, ¿en qué puedo ayudarlo, profesor?

— Bueno, estoy dando clases en el último curso y me han dicho que aquí debo ir yo mismo por los libros que quiera usar cuando los mande a que lo pidan.

— Adivino, tiene el curso donde están los gemelos—río.

— Si, ellos fueron los que me dijo que debía venir yo.

— Profesor, le aconsejo que vuelva de inmediato al salón. Usted puede enviar a los alumnos que quiera por los libros, incluso si al regresar al salón ve un alboroto, puede castigarlos, no dude en hacerlo.

— ¿Tan así son?

— No tiene idea, estoy agradecido de que sea el último año de ese grupo. Sus días serán tan divertidos—el ríe ante mi comentarios, acomoda sus gafas y me vuelve a extender la mano confundiéndome.

—Me llamo Gilderoy Lockhart y soy el nuevo profesor de literatura.

— Oh, sí. No hay duda de que eres nuevo—bromeo y veo que señala su mano aún extendida—. Ah, me llamo Severus Snape y soy el bibliotecario—repito lo sabido—. Creo que debería correr al salón ahora mismo.

Quede un tanto aturdido, cuando el profesor desapareció corriendo, pero rápidamente volví a mí deber. No era nuevo que los profesores recién ingresados a la institución y algo jóvenes sean el centro de las bromas, no sería para mi sorpresa encontrarlo en una semana metido en alguna otra travesura de adolescentes.


-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-



Fue media hora después del horario que había calculado, cuando recibí el esperado mensaje del bibliotecario, recientemente renombrado, Severus, en mi mente todavía debo acostumbrarme a llamarlo por su nombre.

He terminado mi día... ¿estás cerca?

Estoy a unas cuadras en el Skate Park.

¿Qué hace un viejo como tú, en un lugar de jóvenes como ese?

¿Lo dice el viejo que supuestamente hace Skate?

Que lo haga, no significa que lo practique con adolescentes, ¿tratas de recuperar alguna parte de tu adolescencia no disfrutada y frustrada?

¿Eres un psicólogo ahora?

Espera, creo que te veo... ¿eres el que está oculto tras ese árbol?

Si.

Cubro medio rostro con mi mano de la pena, lo busco a los alrededores, lo encuentro acercándose con la misma tranquilidad con la que camina por la biblioteca, ¿es que no ve que trato de no ser descubierto?

— ¿Qué haces escondido aquí?—pregunta al llegar a mi lado.

— Escóndete—lo jalo detrás de árbol.

— No me pienso apretujar contra tu cuerpo detrás de un árbol—se niega quedándose a un lado a la posible vista de todos—. Busca una mejor táctica de conquista...

— No es una táctica—mascullo—no sería tan patético.

— ¿En serio? Porque dudo de tu cordura en este instante—tenso mi mandíbula antes sus palabras, lo tomo del brazo y una vez mas lo jalo hacia mí, pero esta vez estampo su espalda contra el árbol, apoyo una mano en la dura corteza del árbol, cerca de su cabeza y la otra en su cintura, mirándolo de la manera más seductora que puedo gesticular en mi rostro en ese instante.

— Preciosura, si quisiera hacer de este momento una táctica, hubiera hecho esto en un comienzo y te abría besado más de una vez ya.

— ¿Y no estás a punto de hacerlo?—pregunta arqueando una ceja, sorprendiéndome con su valor al no retroceder y hacerme frente, tan tímido que parecía, tan engañosa que es su imagen detrás de esas fachada.

— No te besare en un sitio para adolescentes con un truco tan patético—bufo dándole paso, para que nuevamente se aleje quedando fuera de la protección del árbol.

— Entonces, repito, ¿por qué demonios estas escondido ahí?—pregunta.

— Porque he pasado a ver a mi sobrina y esta me ha despedido tan rápido como me vio. Así que, me quede viendo...

— Espiando.

— Viendo—repito y el rueda los ojos—y he descubierto que le gusta ese presumido adolescente de algunos años más que ella, ese de cabello marrón, casi rubio—indico, mira hacia el grupo de adolescentes practicando y luego de nuevo hacia mi—. El chico, no parece serle indiferente, ella es una niña de trece y el tiene...

— Solo tiene tres años más que ella, ¿qué problema hay?

— ¿Cómo sabes...?

— ¡¿Severus?!—escucho que gritan y él se gira y sonríe—. Primo, ¿qué haces aquí?—frente a mi veo al odioso adolescente dándole un afectuoso apretón de mano a mi supuesta cita.

— Hola, Remus, primo—lo escucho recalcar mirándome de reojo—. Solo pasaba, ¿cómo estás? ¿Cómo va ese nuevo skate? ¿Tu novia?

— Oh, bueno, es genial el skate—lo levanta en la mano que lo lleva—. ¿Novia? Severus, hace como dos meses terminamos.

— ¿En serio?

— Si, no resulto como esperaba—hizo una mueca.

— Lo lamento, se veía que te gustaba.

— Nah, solo me parecía linda, de todas formas—se gira mirando hacia el grupo y señala hacia las rampas—ves aquella chica, se llama Nymphadora y es linda—aclaro mi garganta y me cruzo de brazos, el chico me mira.

— Oh, Remus, te presento a Sirius—Severus ríe divertido—el tío de Nymphadora—el adolescente palidece

— ¡Remus!—escucho gritar a mi sobrina y de pronto la veo parada frente al adolescente con una enorme sonrisa—. ¿Has visto que bien me ha salido el último salto?—el chico la mira y luego me observa, entonces ella voltea a verme.

— ¿Tío Sirius? ¿No te habías ido? ¿Qué haces allí?

— Yo, yo solo...—rasco mi cabeza sin tener ni la más mínima idea de que responder y deseando dar un puñetazo en la sonrisa presuntuosa del estúpido primo de Severus.

— Me estaba esperando a mí, y lamento la tardanza—responde Severus.

— ¿Y quién eres tú?—pregunta arqueando una ceja.

— ¿Su cita?—pregunta mirándome, yo le sonrió y estalla un grito de emoción por parte de Nymphadora.

— ¡No puede ser, no puede ser!—comienza a saltar mirando a mi cita—. ¿Tú eres el chico con el que se está viendo?—Severus asiente.

— ¿Creo?—vuelve a preguntar—. Digo, espero ser yo el único—me mira y luego a ella.

— ¿A ti te lleva café cada mañana?—pregunta y él asiente.

— ¿Cómo sabes que le llevo café cada mañana?—exijo saber.

— ¿Tú sabes que todo lo que le cuentas a mamá, ella se lo cuenta a papá y por ende me entero yo?—algo tan simple y racional que para mí es todo un descubrimiento.

— Bueno, si soy ese.

— Entonces eres el único—se asombra más ella—. ¡Y no puedo creerlo, eres tan guapo!

— ¡Nymphadora!—reprendo, ella me ignora.

— Mamá siempre dice que tiene un gusto horrendo con los chicos, pero tú eres tan guapo—continua.

— Y sabe hacer trucos increíbles sobre una tabla—comenta el primo, aumentando los gritos chillones de mi sobrina que no parecen molestarlo.

— ¿Es en serio?—Severus asiente algo dudoso.

— Bueno, sí, pero hace tanto que no...

— ¡Tienes que mostrarme lo que sabes!— literalmente, mi sobrina roba mi cita arrastrándolo hacia las rampas, dejándome con el estúpido adolescente de sonrisa presuntuosa.

— Yo... yo no pretendo nada malo con Nymphadora—dice con un tono de miedo.

— Estúpido adolescente cretino y mentiroso, yo también fui adolescente, se bien lo que quieres—lo fulmine con la mirada y camine hacia la rampa, al menos podría ver al lindo bibliotecario sobre un skate finalmente.


Continuara...

Pobre Lockhart, el profesor nuevo... ¿jugara algún papel? ¿Que creen?

Llego el momento de Severus para que de luzca, mientras Sirius se avergonzó así mismo detrás de un árbol escondiéndose.


¡Gracias por leer!

El chico detrás de los librosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora