1972:
Edmund:
Abro la carta que tengo en las manos y antes de poder leerla, me la arrebatan.
—¿Carta de la novia? Veamos.. ¿Ya pasaron dos semanas desde que se fue, no?
Intento quitársela, pero la aleja.
Raúl saca el sobre junto a lo que parece una tarjeta, deja a un lado de la cama las hojas dobladas y lee la tarjeta.
—Estas cordialmente invitado a la presentación de ... —Se la arrebato antes de que acabe de leer.
Levanta las manos al lado de su cabeza.
—Tu ganas. —Me golpea con la pierna. —Ya léelo.
Eso hago y es una invitación para ir a verla.
(***)
—Puedo prestarte dinero para que viajes. —Se ofrece Raúl.
—Está bien, no iré.
—Pero es su recital.
La paga es al día siguiente del evento y aunque tuviera lo que mi amigo me ofrece, no tengo el permiso, pues ese día vendrán nuevas bailarinas a la academia.
Sin embargo, sigo sintiendo que hay algo más y veo la razón cuando me cruzo con la madre de Lorena saliendo de la dirección, quien me da una mirada rápida antes de retirarse.
Ya veo.
—Su hija ya no estudia aquí. ¿Por qué?
—No es obvio. —Respiro profundo. —Aun me quiere lejos de Lorena.
—¿Y qué harás?
Mis dedos aprietan la carta en mis manos.
—Usare mi descanso. —Miro el viejo reloj de madera apoyado sobre la pared. —Para escribir una disculpa.
Unas semanas después...
"Te extraño...
"Deseo verte..."
"Me haces falta...
Las cartas que Lorena me envía cada vez encogen más mi corazón y estoy destinado a vivir mientras me consume, se por su propio puño que está bien, que le va a bien y que ha empezado a recibir invitaciones en grandes teatros de Londres.
Y aun con toda la agenda llena, ella sigue escribiéndome con la misma emoción de siempre y lo veo en cada una de sus letras.
¿Soy un obstáculo, Lorena?
Me hago la pregunta 20 veces al día y luego recuerdo sus últimas palabras.
Y entonces un día tras sentirme agobiado, deje de escribir.
Lo que logre con eso fue.
—¡¿Lorena?!
Mientras limpio cerca de la entrada un carruaje se detiene, dejando a mi novia en la puerta con maletas en mano, su rostro es el mismo y sus ojos igual de hermosos, su cabello más largo y la sonrisa sigue igual.
Ella corre hacia mí y apaga mis miedos.
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Hasta la Eternidad
RomanceLorena y Edmund son la prueba viviente de que el amor lo sobrepasa todo. Sin embargo, su amor necesitaba una última prueba.