Power Rangers : Fuerza del Horóscopo

7 - Tauro Negro

- ¡Acomodense que aquí traigo la pizza!

Siendo un viernes por la noche, Jane llamó a los tres rangers para que fueran a la base subterránea debajo de su casa. Consideró que necesitaban una compensación, después de todo, esos días fueron muy locos para ellos. Por lo que decidió invitarlos para que pudieran pasarla bien un momento y de paso, poder conocerlos más.

- Lo que más supe de ti en estos días, es que definitivamente te encanta la pizza. - comentó Jonathan tomando una rebanada.

- No puedo evitarlo, la veo y...

La pelirroja no terminó de hablar porque su boca empezó a babear debido a que le encantaba como olía el queso derretido de la pizza.

- Por favor, no me hagan arrepentirme de esto nuevamente. - dijo Brian mirando para otro lado por lo disgustosa que le parecía aquella escena.

- ¿Nunca te preguntaron como comes tanto y no engordas? - preguntó el muchacho de tez oscura protector de Piscis.

- De hecho Jonathan, siempre me lo preguntan. - contestó Jane sin mirarlo porque estaba muy concentrada viendo su rebanada de pizza.

- Oigan, ¿No falta Sun? - preguntó Gabriel con un trozo de pizza en su mano al notar que la ranger amarilla de escorpio no estaba en el lugar

Jane recién lo notó al mirar a su alrededor y viendo que efectivamente la chica de pelo negro no estaba.

- ¿No vendría con ustedes? - cuestionó Jane a Brian y Jonathan.

- Creo que dijo algo sobre una especie de clase de pelea nocturna en no sé donde. - respondió Sarah anticipadamente.

- ¿Como lo sabes? - preguntó Brian confundido.

- Dah, ella avisó que no vendría, pero parece que no prestan atención, no parecen gente mayor. - explicó la niña rubia de 12 años volviendo a leer la revista que estaba leyendo sentada en un pequeño sillón.

- Me sorprende lo atenta que es esa niña. - dijo Jonathan. - aunque Gabriel...

El niño rubio mellizo de Sarah al parecer estaba en una encarnizada batalla contra una mosca que estaba volando cerca de su rebanada de pizza y por cómo iban las cosas, el pequeño insecto iba ganando.

- Tienen más cosas en común de lo que se imaginan. - sonrió Jane al ver a los dos niños que ella llamaba "los mellizos de oro".

- Ya nos habías dicho que tu eras la adulta responsable de ellos, como si los hubieras adoptado. - habló Brian tomando una porción de pizza después de haberlo meditado mucho. - ¿Pero tienen algo especial que nosotros deberíamos saber?

La chica de pelo rojo dejó su rebanada y miró a los niños rubios con una mueca que podía denotar tristeza.

- Son la única familia que he tenido, y yo soy la única familia que ellos han tenido. - respondió Jane.

- ¡Escuché eso! - gritó Gabriel. - ¡Demasiado drama! ¿Por qué no me ayudan mejor con esta mosca?

- Yo te ayudo idiota. - dijo Sarah levantándose dejando la revista que leía a un lado y con único y certero movimiento, atrapó a la mosca que molestaba a su hermano para después sacarla por una pequeña ventana que daba a la superficie.

- Vaya que si tienen algo. - rió Jonathan.

- Bien, supongo que todavía no es momento de las atormentadoras preguntas del pasado. - dijo Brian mirando a Jane. - pero es algo que nos debes a todos.