Esto es un mal sueño, no está pasando, es imposible.¿Por qué sigo siendo la mejor guerrera de Dios? Se supone que ya me jubilé.
Suspiro mientras mi cabeza da vueltas, ¿Tener este bebé para el hombre frente a mi que aunque es bastante guapo no sé quién mierda es? La vida adulta no es nada divertida.
—Yo...—intento hablar, pero él me interrumpe.
—Antes de que tome una decisión quiero decirle que estoy dispuesto a pagar lo que quiera para que tenga a ese bebé, usted no se va a preocupar por nada respecto a lo económico. Soy capaz de darle un cheque en blanco y usted pone el monto que desee.
Una sonrisa se escapa de mis labios sin previo aviso, claro que está situación es demasiado para mi. Esto es demasiado absurdo.
—¿Un chequen en blanco? ¿Y si coloco una cantidad de 10 millones de dólares?
El hombre se encoge de hombros y me da una muy pequeñita sonrisa.
—Si pone 10 millones serían como 10 dólares para mi, no hay problema.
Mi boca se abre instintivamente y escucho una risa a mi lado donde sé que está Lily.
—Esto es una mierda. —susurro pasando las manos por mi rostro.
—Esta es mi tarjeta—extiende a mi un pedazo de plástico — Piénselo y me llama.
Tomo la pequeña tarjeta donde se puede leer claramente «Alexander Bustamante. Presidente de Empresas y compañías Bustamante »
—¡Claro, cómo no!—observo a Lily con los ojos muy abiertos — ¡Es el dueño de la mitad de esta maldita ciudad! —exclamo.
—Tiene una boca muy sucia. —me dice en voz baja antes de salir del baño.
Resoplo guardando la tarjeta en mi cartera. Salgo de la clínica lo más rápido que mis piernas me lo permiten, tengo mi cabeza dando demasiadas vueltas y las náuseas no ayudan en nada.
Cuando Lily y yo llegamos, a ella la llaman de la aerolínea, yo le aseguro que estoy bien para que no se preocupe.
Me siento en el sofá tratando de analizar toda la situación.
Okey, estoy embarazada por un error. El feto que está dentro de mí es un futuro heredero, no tengo empleo, no tengo dinero, no tengo nada más que Lily a mi lado.
Si me madre se entera que estoy embarazada nunca me creería, me gritaría lo estúpida que soy, todas las razones por la cual esto está mal y me diría lo decepcionado que estaría mi papá.
Miro la tarjeta en mis dedos leyendo de nuevo el nombre del hombre y mis ojos se llenan de lágrimas.
Este hombre podría solucionar todos mis problemas, puedo pedirle cualquier cantidad de dinero, suficiente para abrir mi propia firma, terminar de pagar mi préstamo universitario y tener suficiente para ahorrar, pero significaría entregarle a un bebé que voy a tener durante nueve meses en mi, un feto que también es mío.
No estoy lista para ser madre. Tengo tanto miedo.
Llevando la tarjeta conmigo abro mi portátil y escribo el nombre de Alexander Bustamante en el buscador.
Inmediatamente aparece en la pantalla fotos del hombre con quién estuve hoy. Leo que sus padres murieron cuando él aún estaba en su maestría de negocios Internacionales y mercadeo, tiene una licenciatura en administración de empresas, doctorados de gerencia empresarial y habla cuatro idiomas.
¡Claro, es un genio! Por lo menos este bebé tendrá buenos genes.
Tomó la presidencia de las asociaciones de su familia cuando tenía apenas veinticinco años y hasta entonces solo es conocido por sus buenos tratos de negocios, no está casado.
Cumplió hace un mes treinta y un años.
Mientras pasan los minutos y más leo su información instintivamente empiezo acariciar mi vientre completamente plano.
¿Qué debo hacer? Me siento tan pérdida.
Coloco los codos en la mesa y sostengo mi cabeza entre mis manos.
Debo hacerlo, esto es lo que necesito, este es mi trampolín. Mi madre no debe enterarse, nadie lo debe hacer. Solo es tener al bebé, no creo que sea tan difícil.
No tengo dinero ni para intentar no tenerlo.
Va a tener un padre con mucho dinero que al parecer de verdad lo desea y una madre que será exitosa aunque no la conozca, este bebé va a estar bien. No será abandonado.
Tomo mi celular, marco el número que está grabado en la tarjeta mientras mis manos tiemblan y al tercer tono escucho su voz gruesa y suave al otro lado de la línea.
Ya no hay vuelta atrás.
Holaa, primera vez que saludo
Un gusto, mi nombre es Patricia y espero esta historia corta les guste lo suficiente, disfrútenla
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By mistake ✔
Roman d'amourMi madre siempre me dijo que no soy capaz de nada. Cuando decidí irme de casa para escapar de sus sermones me juró que estaba cometiendo un error y volvería. Qué no lo iba a lograr. Y tal vez tenía razón. Estaba sin empleo, sin dinero y con los día...