5.- El acuerdo.

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Mi estómago está en un nudo y mi respiración es irregular cuando me bajo del auto en el sótano de un enorme edificio.

Ayer cuando hablé con el señor Bustamante me citó hoy a su oficina para hablar acerca del acuerdo, mandó a mi dirección un auto.

Cómo odio que Lily tenga que salir de la ciudad justo hoy.

Anoche dormimos juntas en mi habitación, aunque no me lo diga se siente un poco culpable por esta situación.

Camino dentro del ascensor, dos hombres enormes con trajes negros me están guiando, no he preguntado nada, no he hablado, no quiero ni siquiera mirar más allá de mis pies, siento vértigo desde que desperté esta mañana, solo estoy en piloto automático. No puedo dejar de pensar que estoy cometiendo un error.

Esta vez me he maquillado, me he lavado el cabello y llevo un vestido lo suficientemente decente

Mi garganta se aprieta más cuando me informan que entre a la enorme oficina donde puedo encontrar a Alexander sentado en una mesa de cristal solo con la camisa blanca sin corbata y sus pantalones hechos a la medida.

—Bienvenida, Samanta. — se levanta y me señala una silla frente a él.

—Llámame Sam, por favor. —hablo en voz baja sentándome en la silla.

Él toma de nuevo su asiento y coloca los codos en la mesa.

—No soy mucho de informalidades.

—Ay por favor, vamos a tener un bebé, creo que ya somos lo suficientemente íntimos.— suelto, pero puedo observar un poco su incomodidad.— Lo siento, soy una completa idiota cuando estoy bajo presión.

Suelta una pequeña sonrisa y eso me agrada.

—No te juzgo, supongo que esto es un poco difícil. —me habla con suavidad. — Si quieres podemos acordar que vayas a terapias.

Niego con la cabeza.

— Ya he ido a terapia, no creo necesitarla aún.

Sus cejas se arrugan con curiosidad, pero no pregunta  nada.

—Como prefieras. Necesitamos redactar un contrato, así que necesito que pongas en la mesa  tus condiciones.

Suspiro mirando sus lindos ojos oscuros y trago el nudo en mi garganta. Ha llegado el momento, anoche casi no pude dormir pensando en esto.

—Bien, quiero suficiente dinero para terminar de pagar mi préstamo estudiantil, crear mi propio nombre y ahorros. Quiero participar respecto al nombre del bebé y no quiero que nadie aparte de Lily se entere de esto. —logro tragar el nudo en mi garganta.

—¿Solo eso?—pregunta y yo asiento. —¿No quieres ser parte de la vida del bebé?

Mis ojos se llenan de lágrimas y bajo la vista a mis manos.

Es claro que quiero, pero sigo sintiéndome como si lo estuviese vendiendo, anoche pensé mucho y si luego se entera que hice esto con su padre podría odiarme. No estoy segura de nada, tengo miedo de ser una mala madre, tengo miedo de no estar lista, tengo miedo de hacerle daño.

¿Y si mas adelante me arrepiento de tenerlo y termino haciéndole daño?

A fin de cuentas su padre y yo ni nos conocemos.

—Esta bien, no te presionare. —suspira Alexander. Cruza los brazos en su pecho para recostarse en su silla.— Tendrás lo que quieres. Yo solo pido que te mudes a mi casa mientras estés...

Ya va, esto no lo tenia planeado.

—Espera, ¿Qué? ¿Mudarme? ¿Por qué?—pregunto alarmada.

Puede ser un hombre intachable según lo que averigüe en internet, pero no lo conozco, no sé realmente quien es.

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