Mi madre siempre me dijo que no soy capaz de nada.
Cuando decidí irme de casa para escapar de sus sermones me juró que estaba cometiendo un error y volvería. Qué no lo iba a lograr.
Y tal vez tenía razón.
Estaba sin empleo, sin dinero y con los día...
—Yo opino que es mejor que no vayas —me aconseja Lily sentada en posición de indio en mi cama.
Salgo del baño con el cepillo del cabello en la mano y ya vestida con un vestido que me ha regalado Alexander hace unos días.
—Tengo que hacerlo—suspiro. —Debo cerrar este ciclo en mi vida, Lily. Tal vez no me entiendas, pero debo decirle de frente que ya corté lazos con ella, que no la quiero en mi vida ni en la de mi hija.
Le explico mi situación.
Ayer mi madre me ha llamado, le contesté luego de mucho tiempo, quedamos en vernos en una hora en un parque cercano, ella lloró mediante el teléfono mientras me convencía para vernos. Y la verdad no pude decir que no.
Después de todo es mi madre, esa pequeña parte de mi desea verla así sea por última vez. Aunque no la quiera en la vida de mi bebé, eso no quita mi pasado con ella. Debo hacer esto por mi, por mi tranquilidad y por darle al fin un cierre a ese pasado que hace mucho tiempo tuve que dejar atrás.
—Pero es que esa señora es mala —me comunica su preocupación. —Algo dentro de mí me dice que no debes ir. Voy contigo.
Le sonrío y me acerco a mi amiga para acto seguido acariciarle el cabello.
—Relájate nos vamos a ver en un parque, habrán personas a nuestro alrededor, además tú tienes ahora una entrevista on line, no puedes perderla.
—Una entrevista para uno de los mejores trabajos que me han ofrecido en la vida no es justificación para dejarte sola con Satanás.
Yo suelto una carcajada.
—Deja el drama —me acerco de nuevo al espejo del baño. —en menos de lo que canta un gallo ya voy a estar de nuevo contigo. Hoy será noche de chicas, vamos a ver películas basadas en libros y comer chatarra mientras obligamos a Alexander a ver las películas con nosotras.
Lily se levanta para tomarme por los hombros.
— Prometelo —me habla con seriedad. —Antes de que oscurezca tú y mi sobrina van a estar aquí en su hogar con las verdaderas personas que las amamos.
Sonrío y le acaricio la mejilla. Lily está siendo demasiado dramática.
—Lo prometo, antes de que empieces a extrañarme ya voy a estar aquí —le doy un beso en la frente. —Te amo.
—Yo más.
Ella me abraza fuerte, sonríe, acaricia mi vientre y me deja ir.
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Me gusta la naturaleza, pero no por mucho tiempo. Amo el olor a tierra mojada, el viento en mi rostro y el sonido de los árboles cuando se mueven por el viento, esa es la razón por la cual me agrada pasar el tiempo en el jardín de la casa de Alexander.
“No pude llegar antes que te fueras, lo siento, hoy Sara me dijo que cocinará lasagna porque tenías antojos, te esperamos para cenar. Te quiero.”
