Mis manos tiemblan mientras me paro en frente de la enorme clínica. Reviso mi celular verificando la dirección que busqué antes de salir de casa y miro de nuevo el lugar.
Suspiro tomando con fuerza la correa de mi bolso antes de entrar.
—Hola—le hablo a una recepcionista. — Quisiera... —tomo aire—Vine por esto—le extiendo el formulario que llené hace dos días.
He venido anteriormente a informarme junto a Lily, me hicieron exámenes y me dieron un tratamiento para este día.
Lamentándolo mucho, mi amiga no me pudo acompañar porque tenía un vuelo a Amsterdam para hoy.
La chica de cabello y ojos castaños me mira y luego sonríe.
—Claro, puedes pasar, en el pasillo a la izquierda, te deben estar esperando. —señala el pasillo que está a mis espaldas.
Le sonrío en sinónimo de agradecimiento y mis zapatos de goma rechinan en el azulejo de la clínica. De repente estoy nerviosa.
—Buenos días. —esta vez saludo a una enfermera de tal vez cuarenta años. —Me han dicho que venga hasta donde está usted sobre la donación de óvulos. —le hablo bajo, casi en susurros.
La enfermera me mira y me da una muy pequeña sonrisa.
—Cariño, cuando te pagan por ellos, no es donación, es venta—me dice.
Algo dentro de mí se enciende y me siento tonta y con rabia al mismo tiempo.
—Pero usted me entendió ¿No?—le respondo.
Ella me da ahora sí una enorme sonrisa y asiente.
—Por aquí. —me hace seguirla.
Luego de unos minutos, un chequeo rápido y haberme cambiado por una bata de hospital estoy recostada en una camilla esperando que me seden.
—Hola—entra el lugar una chica como de mi edad, por alguna razón eso me alarma —Tranquila, soy interna, pero sé lo que hago.
—¿Segura?—pregunto.
Ella me sonríe y se acerca a mí.
—No tienes porque estar nerviosa, cuando te des cuenta ya has acabado. —soba mi brazo.
Acto que me causa tranquilidad. Respiro profundo para relajarme y que el sedante haga su efecto.
«Todo está bien, solo es un poco de dinero por algo que ni siquiera voy a usar. Al salir de esta clínica buscaré un nuevo trabajo y todo se va arreglar.»
Es mi último pensamiento antes de caer en un sueño profundo.
—¡Estoy tan cansada!—se expresa Lily al entrar al departamento con sus pequeñas maletas.
Sonrío mientras meto en mi boca una rodaja de piña.
—A mi también me encanta verte—le digo llevando mi vista de nuevo al portátil.
Estoy enviando currículum a varias firmas de contadores, a sistemas públicos, o a cualquier sitio que consiga donde necesiten una licenciada en Contaduría.
—Sabes que me encanta verte—se acerca a donde estoy para darme un beso y robarme de mi piña.
Han pasado tres días que salí de la clínica, el dinero que me dieron me alcanzó para pagar las deudas y me quedara un poco. Ahora tengo todo un mes para ver qué hago con mi vida.
La vibración de mi celular se lleva mi atención para darme cuenta que es una llamada entrante.
Me emociono con la esperanza que sea para una entrevista en uno de los lugares donde he postulado.
—¿Aló?—contesto.
—¿Samanta Chacín?—pregunta una joven al otro lado.
Lily se mantiene a mi lado curiosa y yo le hago señas para que no haga ruido, mi sonrisa no deja mis labios.
—Sí, soy yo—intento ocultar mi emoción.
—Hola, hablo de la clínica Schwanger—inmediatamente mi emoción se reduce y arrugo mis cejas. —Lamento informarle que hemos cometido un error, podría por favor acercarse a la clínica mañana a las diez de la mañana.
¿Un error?
—Sí, no hay problema, pero ¿De que error está hablando?
—No puedo comunicarle por este medio, la esperamos mañana, gracias. —cuelga la línea.
Me quedo confundida mirando el teléfono
¿Qué está pasando? ¿Y si hubo un error con mi pago y quieren que le devuelva dinero?
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By mistake ✔
RomansaMi madre siempre me dijo que no soy capaz de nada. Cuando decidí irme de casa para escapar de sus sermones me juró que estaba cometiendo un error y volvería. Qué no lo iba a lograr. Y tal vez tenía razón. Estaba sin empleo, sin dinero y con los día...