Las voces también están enamoradas

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Aclaración. Los diálogos de los alters estarán señaladas de esta forma:
{Pogo}
(Fred)
[Wilson]

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Gustabo se consideraba un tipo tranquilo, sencillo, que iba en la suya. Siempre fue así y seguramente lo seguiría siendo.

¿Estaba jodido? Sí, bastante. Pero no era nada que él no pudiera manejar.

Aunque no iba a negar que desde que llegó a los Santos todo se había vuelto un tanto más complicado de lo normal. Una cosa era mantener bajo control a su querido Pogo y otra muy diferente era lidiar con dos seres más dentro de su cabeza.

Ahora eran cuatro personas conviviendo dentro de un solo cuerpo, rogaba a los cielos que no fuesen más, y llegaba a ser bastante agotador.

Gustabo —por votación— era el que se mantenía a la luz por más tiempo que los otros, era algo con lo que se sentían cómodos así.

Era un método bastante efectivo que habían descubierto para ponerse de acuerdo. A las malas aprendieron que discutir venticuatro siete sin ponerse de acuerdo en absolutamente nada les pasaba factura.

Nadie sería capaz de soportar tantos gritos, menos si están dentro de tu cabeza, y ser funcional el resto del día, por lo que acordaron que antes de tomar una decisión importante pasaría por un proceso de votación.

Por suerte les había funcionado de manera maravillosa y podían sobrellevar el día a día, ya que todos seguían al pie de la letra lo que se decidía en la votación, sin excepción.

Hasta hace unos días.

Por lo general, Gustabo se despertaba gracias a la alarma que configuraba cada noche sin falta, pero esa mañana se despertó debido al bullicio dentro de su cabeza.

Molesto, comenzó a abrir los ojos y aceptó que no iba a ser un día tranquilo.

—Ahora qué coño pasa... —murmuró molesto mientras se quitaba las sábanas de un tirón, llegando a la conclusión de que no podría continuar con su descanso.

(Es hora de ir a trabajar, guapo)

{Tienes que traer dinero a la casa, Pogo no será pobre}

—Son las 4:30 y entramos ¡A las 7!— gritó furioso.

Ayer habían tenido un día de mierda por una redada y quería descansar lo máximo que pudiese, pero pareciera que era el único que se preocupaba por el cuerpo.

[Tómate un café o algo y alístate, sabes que tardas más de una hora en hacerlo y no queremos darnos el lujo de llegar tarde hoy]

—¿Por qué no? De cualquier forma nadie nota a qué hora llegamos— con pesadez se levantó de la cama y comenzó a prepararse.

(Conway sí lo nota)

—¿Conway?— preguntó al momento que dió un respingón al sentir el agua helada de la ducha —¿Desde cuándo nos interesa lo que él piense?

{Desde que nos regaló el Audi} —lo escuchó dar un suspiro, suspiro que no quiso ni interpretarlo.

—Sí, no sé qué hiciste para que lograras que nos diera eso, Pogo. — rodó los ojos mientras se apuraba a terminar.

Si ese payaso psicópata había hecho algún trato con su jefe no quería ni enterarse. Él ya tenía suficiente.

Como había dicho Wilson, el más razonable de los cuatro, demoró más de una hora en prepararse por lo que tuvo que salir a las apuradas de su casa, no quería tener que estar soportando más insultos de los acostumbrados.

•Intenabo• One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora