«¿Inocencia? Lamento decepcionarte, pero jamás la he tenido.»
Libro #3 de la serie "Traidores"
Melissa Matheson, única heredera del patrimonio Matheson, una familia inglesa perteneciente a la famosa organización criminal, el Círculo de Sangre.
Ah...
⚠ Advertencia ⚠ : este capítulo es el más largo de todos los que he escrito hasta la fecha. Podría causarle ansiedad al sentir que es infinito, así que por favor, prepárense mentalmente para eso y no se quejen.
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Después de pasarme la camiseta de Alexander por encima y recoger mi pistola, salí corriendo del salón de entrenamiento, siguiendo el camino hacia el grito que había escuchado. No me detuve, yendo hacia la habitación de Ellie, pero Alexander me agarró del brazo cuando llegamos a las escaleras. Me giré en su dirección, él señaló con la cabeza hacia la sala y lentamente volví la mirada hacia el lugar.
Contuve el aliento. Di un paso atrás, asustada por lo que veía.
Mi tío Luke y Leah ya estaban en la sala, observando todo con el rostro más aturdido que nunca, a su hija. Ellie estaba de pie frente al cuerpo de un hombre en el suelo. Sostenía un cuchillo ensangrentado y ella misma estaba manchada de sangre. Su cuerpo entero estaba temblando, sin despegar la mirada del hombre en el suelo.
Fui la primera en salir del golpe y me acerqué a ella, pero en cuanto me registró en su visión periférica se giró hacia mí con el cuchillo en alto. Me congelé. El miedo estaba grabado en sus facciones.
—No te me acerques —dijo y mi corazón se rompió por ella.
—No voy a hacerte daño, cariño. Vamos, dame el cuchillo.
Sostuvo el cuchillo con más firmeza.
—Aléjate de mí —insistió.
Mostré mis palmas.
—Te prometo que no te voy a hacer daño. Ya estás a salvo.
Negó frenéticamente.
—Tú. Tú lo enviaste. —Señaló al hombre. Fruncí mi ceño, sin comprender—. Él me lo dijo. Tú quisiste que él... —Sollozó y se llevó la mano libre a su boca.
El horror se instaló en mi interior.
—¿Qué? No. Por supuesto que no. Yo jamás...
—¡Él me lo dijo! —chilló—. ¡Él me lo dijo! ¡Eran órdenes tuyas! Y yo... —Su cuerpo tembló—. Oh, por Dios. Lo maté —Rompió en llanto—. Maté a una persona.
Eso fue suficiente para mi tío Luke, que se movió de su lugar e intentó quitarle el cuchillo, pero ella batió el filo y consiguió cortarlo. Di un respingo, Leah exclamó algo. Mi tío ignoró deliberadamente el rasguño y siguió forcejeando hasta que le quitó el cuchillo y lo tiró al suelo. La rodeó con sus brazos, aunque ella siguió peleando.
