Melissa Matheson:
Sé lo que estás pensando.
Y no. No te he estado mintiendo, sólo te cuento los hechos. La historia. Lo que todos sabían. ¿Quién podría imaginarse lo que estaba pasando por mi mente en realidad? Nadie. Por mucho que intentaran descifrarme, nadie podía conseguirlo.
Creo que te lo había explicado antes, ¿no es así?
Te dije claramente: Las mentiras son fáciles de decir cuando te adaptas a ellas. Los engaños y juegos son tan fáciles de tejer cuando formas parte de ellos. El truco siempre está en formar parte de ello.
Si ni siquiera tú puedes ver la verdad, ¿cómo podrían los demás?
Ahora, seamos completamente sinceros, déjame contarte la cruda verdad. Lo que sucedió después de ese funeral, cuando todos estaban perdiendo sus cabezas y despotricaban a los líderes por ocultar información como que Lionetta estaba viva o que en realidad nunca habíamos matado a los herederos.
Regresamos a la casa de seguridad, dejando atrás todo el desastre que habíamos causado. Los herederos prometieron reunirse con nosotros más tarde ese día. Así que, la única que nos acompañó fue Lionetta.
No me había permitido pensar en ella en las últimas semanas porque sabía lo que iba a significar para mí.
Culpa.
Había odiado tener que dispararle, aunque cada bala había tenido una razón. Ella no debió haberme mentido tan descaradamente y no debió haberme dicho lo que tenía que hacer. La tercera había ido directamente a la bolsa de sangre falsa.
Sin embargo, mi culpa era por la manera en la que había lidiado con ella los últimos días que hablamos. Debía haberme dado cuenta de lo que en realidad me estaba pidiendo cuando se volvió fría y petulante. Lionetta Rinaldi sólo estaba esperando una disculpa. Una que nunca llegó.
—Háblame de la muerte de Nighean —pidió cuando entramos a la sala.
El espacio ya había sido limpiado. Todos los ordenadores regresaron a sus lugares y nuestro sistema ya operaba.
Suspiré y saqué un cigarrillo porque todo el silencio me estaba carcomiendo los nervios.
—Fue una sustancia extremadamente tóxica. Tal vez podría haber sobrevivido más tiempo y ser llevada al laboratorio escocés, pero al parecer su cuerpo ya había lidiado en otras ocasiones con ese tipo de sustancias y renunció a la pelea. —Encendí mi cigarrillo cuando terminé de explicar.
Recordé el miedo en el rostro de Alistair cuando se dio cuenta y la necesidad de Sarah de correr hacia ella para salvarla. Todos sabían que ese era el fin para Nighean. Y no podía imaginar lo doloroso que había sido.
Lionetta no me miró. Sus ojos estaban fijos en el sofá de la sala. Casi podía sentir su tristeza, así que le di una calada a mi cigarrillo.
—¿Los gemelos saben qué droga era?
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Destrucción
Action«¿Inocencia? Lamento decepcionarte, pero jamás la he tenido.» Libro #3 de la serie "Traidores" Melissa Matheson, única heredera del patrimonio Matheson, una familia inglesa perteneciente a la famosa organización criminal, el Círculo de Sangre. Ah...