Abrí la puerta de golpe, entrando completamente cabreada y aún así, mi tío Luke no se inmutó. Tenía la mirada en unos papeles cuando cerré la puerta tras de mí.
—Tienen a Leah de rehén en la mansión —espeté.
Él se quedó quieto un segundo y lentamente levantó la cabeza en mi dirección.
—¿Y qué puedo hacer? ¿Enterrar el cuerpo del imbécil cuando ella termine con él? —cuestionó frunciendo su ceño. —Dile que le regalo un millón de dólares si sale con vida.
Apreté mis puños cuando bajó la mirada a los papeles, con desinterés.
—He visto las cámaras. La tiene sedada —gruñí.
Volvió a quedarse inmóvil un segundo, pero esta vez maldijo y murmuró algo que no comprendí mientras se levantaba del escritorio.
Lo detuve antes de que siguiera.
—Solo te estoy informando, no quiero que vayas —dije molesta.
Me miró a mí y luego a mi mano sujetando su brazo, pero no lo solté.
—Después terminarás ofreciendo el resto de las acciones de mi casino para que la dejen viva —volví a hablar.
Sí, ahí estaba yo, escupiendo veneno al hombre que me había dado más amor del que pude haber merecido.
Volvió a mirarme con su ceño fruncido y se soltó bruscamente de mi agarre.
—Jamás ofrecería una miseria por la vida de Leah —espetó fríamente.
Sin decirme nada salió tomando su abrigo y lo seguí, topandome con Lionetta, que estaba esperando afuera mientras hablaba por teléfono.
Se quitó el móvil del oído y nos dijo que el hombre estaba amenazando con matarla si nos acercábamos a la casa y que nos podía ver por las cámaras, pero la ignoré rotundamente.
Yo había diseñado el sistema de seguridad, ningún ruso imbécil iba a decirme que me tenía vigilada con mi propio sistema.
Saqué mi móvil cuando salimos del casino, dejando a cargo a mi tía Carol y dándome cuenta de que Alexander todavía seguía en los alrededores y frunció su ceño al mirarme salir junto a grupo de guardaespaldas de mi tío.
Un mensaje de su parte no se hizo esperar, pero me concentré en revisar las cámaras de la mansión, mientras mi tío hablaba con los hombres élites, diciendo que no quería ningún error después de dar el plan de rescate.
—Están en la sala —murmuré mirando las cámaras.
—No —dijo mi tío, haciendo que lo mirase—. Las cámaras están hackeadas, ese vídeo se está repitiendo.
Miré a Lionetta, que también revisaba su móvil y asintió, confirmando las palabras de mi tío.
Quise gritar molesta.
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Destrucción
Action«¿Inocencia? Lamento decepcionarte, pero jamás la he tenido.» Libro #3 de la serie "Traidores" Melissa Matheson, única heredera del patrimonio Matheson, una familia inglesa perteneciente a la famosa organización criminal, el Círculo de Sangre. Ah...