Capítulo 4: @fake_dixon

1.8K 201 36
                                    

Berreé, pataleé y golpeé el aire como si tuviera la culpa de mis decisiones en esta vida. —Maldito desgraciado, ojalá te caiga mierda de paloma en la cabeza, ojalá se te adhiera un chicle en el cabello y te quedes pelón por imbécil.

Sé que hará algo en la dichosa sesión de fotos, se nota que es bien rencoroso. —Idiota, con razón no te duran las novias, por eso estás solterón…

—¿Con quién estás hablando? —me giré hacia mi amigo el recién llegado y le di un manotazo en el abdomen.

—¡Xavi! —vociferé con alegría—, ¡cárgame! —me aventé en su espalda e intentó bajarme por unos segundos.

—No soy tu burro de carga, baja—refunfuñó y terminó exhalando—, sé que no bajarás—dijo resignado y me acomodé en su espaldita, pasé mis brazos alrededor de su cuello y dejé caer mi cabeza en su hombro.

—Ese es mi amigo—canturreé, pues nos adentramos al elevador con dirección al último piso, donde se halla la oficina de Ale.

—Creo que te he encaprichado demasiado.

—¿Tú crees? —comenté con gracia.

Unos minutos pasaron y finalmente arribamos a su oficina. Ale levantó la mirada y negó con diversión. —Te dije que debes aprender a decir que no, por eso te tiene de su mandadero.

—Ya estuvo bueno—me obligó a bajarme de su espalda y le di una miradita cómplice a Alessia—, no soy el esclavo de nadie—acotó con firmeza.

—Xavi, tengo una inmensas ganas de beber un frapuccino, pero…—comenzó esta y sus palabras fueron silenciadas por el dedo índice de Xavi, se encuentra situado sobre los labios de la CEO.

—Lo que la jefa quiere, lo tiene—salió despavorido de la oficina y nosotras estallamos en carcajadas al verlo actuar.

—Será mejor que su próxima novia nos la presente, no podemos permitir que lo manipulen de esa forma—analizó.

10 minutos después, las puertas se abrieron de golpe dejando a la vista a nuestro amigo, incluso trae pasteles. —Traje sus favoritos—comunica al acomodar las cosas sobre el escritorio—, les encanta esto tamb…—se calló de golpe y nos miró con enojo a ambas—¡Son unas abusivas! —reímos al verlo al fin reaccionar.

—Gracias joven repartidor—tarareé.

—Deben cuidarme, otro no hará lo que yo—inició al tomar asiento—, imagínense que un día aparezca una bandida y me lleve, ¿qué harán?

—¡Que te lleven! —gritamos.

—Se salvan que no tengo quien me lleve, hasta que ese momento llegue, me temo mis estimadas que, tendrán que seguir junto a mí.

—Señorita Barnes—por un pequeño espacio se asomó el guapo asistente de mi amiga—, la solicitan en la sala de reuniones, el director quiere discutir unas cuantas cosas.

Ella asintió y se puso de pie con su frapuccino en manos. —Chicos, los dejo por unos minutos.

Al desaparecer de nuestro campo de visión, Xavier realizó una rabieta, no deja de caminar de un lado al otro. —Ese estúpido cada que puede le hace ojitos a mi Alessia.

—¿Tuya? —arqueé las cejas al ver que ahora olfatea la almohada cervical de Ale—, no creo que eso sea algo muy normal.

Suspiró al abrazar la almohada. —Huele a ella, esa mujer me enloquece y ni por enterada—murmuró sumergido en su nube de enamoramiento.

—Y así seguirá porque no quieres confesarte—argumenté—, ya deja de oler eso que alguien puede verte.

—Cada quien hace lo que quiere—me mostró la lengua—, además, tú besabas el póster tamaño real de Kamil Dixon y yo no te decía nada.

Sabotaje/ luz, cámara y... ¡Te tengo!✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora