Capítulo 38: La calma antes de la tormenta

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Briana

10 de octubre de 2022

Apresurada, descendí las escaleras, incluso casi me voy de cara contra los escalones, más mis buenos reflejos decidieron que era un buen momento para aparecer y por suerte me salvé de una aparatosa caída, sin embargo… eso no es lo que más me indigna, sino que, dicho casi percance fue ignorado por mi novio y mi cuñado, lo más extraño del asunto es que hice demasiada bulla y ellos ni por enterados.

Están embelesados en la pantalla, mientras comentan entre sí “cosas de trabajo”. Ambos se encuentran sentados junto al otro en el sofá, incluso sonríen… ujum, sospechoso.

Opté por colgarme el bolso a los hombros y me acerqué con sigilo hasta quedar detrás del sofá, siendo invisible ante sus ojos. En pantalla hay una variedad de modelos, muy hermosas y con cuerpos perfectos…

—¿Quiénes son estas chicas? —indaga Kam sin apartar su mirada de allí.

—Puedes elegir a la que quieras para posar junto a ti—continuó Tom.

—¿De verdad? —el condenado incluso se acomodó y traqueó los dedos, haciendo énfasis en que será una labor muy difícil—, esta no me gusta, ella se ve muy tranquila para mi escandaloso aura. Una de estas dos debe ser… pero, ¿quién?

—Ambas están hermosas, imagínate a ti a su lado, posando y… Briana—susurró en cuanto sus ojos se percataron de mi presencia.

Me crucé de brazos, Tom no se ha volteado, pero, mi existencia se refleja en la pantalla de la tableta, no obstante, como el imbécil de mi novio está concentrado en las piernas de esas modelos ni siquiera se ha percatado a diferencia de su hermano el ojo scanner.

—¿Briana?, ella no puede porque no quiere saber nada del mundo del espectáculo. Me gusta la rubia, se ve guapísima.

—No, Briana…

—¿Briana? —al ver que su hermano miró de reojo hacia atrás lo imitó, terminando de esa forma frente a mi rostro, pues, me incliné hacia él.

Lo único que hizo, fue pegar el grito al cielo y se levantó del sofá como si lo hubiesen pinchado. —¡Es Briana! —su mano se desvió hacia su hermano y terminó por darle un manotazo en el brazo—, es su culpa, me manipuló—acusó al señalarlo con ahínco para mostrar su inocencia—, me sedujo… digo, me obligó a ver la pantalla, a pesar que le dije que soy un hombre comprometido, me amenazó de muerte.

Sólo le falta llorar al traicionero, cree que me va a convencer con sus dotes en actuación. —¿Yo? —su hermano se exaltó.

—Thomas—llamé.

—Oh, oh… acaba de llamarme por mi nombre y no por mi apodo.

—¿Sabe Lisa que estás consintiendo a tu vista con esas chicas que están al otro lado de la pantalla?

—No le digas… anda, porfis—unió sus manos a modo de ruego y terminé por
acercarme, haciéndolo espantar, no obstante, me desvié hacia el traidor que tengo por pareja.

El cobarde retrocedió hasta chocar con la pared, incluso giró su rostro con los ojos cerrados, rogando que su “muerte” no llegue el día de hoy.

—Y tú—me miró—, si tanto te gustan las rubias, vete con una de ellas.

—¿Quién dijo algo de que me gustaran las rubias?

—Todas tus exnovias eran rubias—voceé con tedio—, yo soy la excepción. Si tanto quieres una rubia vete con ellas, vete con esa modelito y luego no regreses a mí cuando te cambie por otro.

Sabotaje/ luz, cámara y... ¡Te tengo!✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora