Capítulo 40: Amores que duelen

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El amor es un sentimiento muy hermoso, pero a su vez es muy peligroso si se le confía dicha arma a la persona equivocada. La vida de Kamil Dixon en ese aspecto es un poco complicada desde que tuvo su primer noviazgo, eso sumado a su reciente profesión en la actuación, ¿qué tan malo podría ser?

Noviazgo 1

—¡Corte! —el director observó al novato actor con algo de enfado—, ¿qué he dicho con respecto a forasteros en mi set de grabación?

—Lo lamento—susurró con la cabeza algo gacha, pues, la vergüenza se lo está consumiendo, intentó con todas sus fuerzas hacer cambiar de parecer a su novia, no obstante, es demasiado obstinada como para escucharlo.

—Mira, el problema no es que la traigas, entiendo que son jóvenes, están enamorados y quieren estar pegados todos los días a cada segundo, pero, esto es molesto cuando tu novia grita como loca solo por un roce de labios—exclamó exaltado, alertando al actor, pues, teme que el papel secundario que le costó conseguir por sus medios le sea arrebatado—. Tomaremos un descanso de 30 minutos y retornamos desde arriba—anunció y se alejó sin siquiera darle una ojeada al inexperto Dixon.

Kamil observó a su novia y esta con una sonrisa se acercó a él, lo sostuvo del brazo y se encaminaron hacia el estacionamiento con el sonido de fondo de las aburridas conversaciones que Aura comenta. En cuanto estuvieron a solas el actor se cruzó de brazos.

—Amor, ¿ya nos vamos? Esto me aburre, llévame de compras, ¿qué me regalarás hoy?

—¿Siquiera sabes lo que hiciste? —cuestionó.

—Ay olvídalo, ni es tan importante esa mierda de ahí atrás… dame un besito, espera, mejor—con su dedo índice toquetea el pecho de Kamil—nos adentramos al coche y…

—No—dijo al apartar la mano de la mujer.

—¿Ahora por qué no? —elevó la voz, provocando que los oídos del chico se sintieran algo aturdidos.

—Ya me tienes harto, vamos a terminar.

—¿¡Me dejas por esa golfa de ahí dentro!?

—No, te dejo porque estás loca—enfatizó aquella palabra y eso solo logró que Aura arqueara las cejas.

—¿¡Loca!?

—Eres una obsesiva, ¿sabes? Yo te quería, pero todo lo arruinaste con tus celos de niña, si te digo que solo tengo ojos para ti y nunca has conseguido evidencia de alguna infidelidad… sí Aura, sé que tienes a unos jodidos detectives detrás de mí—apuntó un coche sedán gris en la esquina cercana a su auto aparcado—, desde que comenzamos a salir me tienes chequeado, incluso lograste que todas mis compañeras de clase ni siquiera me dirigieran la palabra.

—Esos imbéciles—refunfuñó bajo la adolescente.

—Lo que sea, terminemos.

—¿Tienes una amante?, ¡claro! Debes tenerla, esos estúpidos, ¿cuánto le pagaste para que escondieran las pruebas?

—¡Maldita sea, que no me veo con nadie más!

—Tu madre no dejará que termines conmigo, Tom tampoco lo permitirá, sé que quieren hacer negocios con nosotros.

—Oh no—soltó con falsedad—, ¿no lo sabes? Tu familia nos necesita a nosotros porque están por irse a la quiebra, deberías estar agradecida de que te aguantara los últimos meses.

—¡Eres un maldito! —levantó la mano para golpearlo y este atajó su muñeca.

—No guapa, ninguna mujer me golpea excepto las de mi familia—la hizo a un lado y se encaminó con sus gritos de fondo.

Sabotaje/ luz, cámara y... ¡Te tengo!✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora