Capítulo 34: Enigma sobre mí

666 85 15
                                    

¿Por dónde debería comenzar a analizar?, ¿quién puede ser Enigma?, ¿es alguien cercano o lejano?, ¿cómo es su apariencia y su voz? Está tan cerca que conoce todo de todos… ¿cómo me deshago de su impacto para deje a Kamil tranquilo de futuras difamaciones? Más bien, ¿cómo reduzco su perfil a cero?

Sonreí de medio lado al ver la portátil de Tom siendo manipulada por algún informático de su empresa, pues, está andando sola.

—¿Cómo no se me ocurrió antes?

Julio del 2022

¿Tranquilidad? Eso es algo que no se puede tener en la vida de alguien que está expuesto ante el ojo público. Pero, no me preocuparé por ese tema en este momento, lo que es más importante es que, ¡no he terminado de acomodar la mesa y Kamil está por llegar!

Una puerta cerrarse destacó antes mi oídos… ¡ha llegado! Me acomodé el cabello y alisé mi vestido, sí, bueno, quería verme más bonita para él. La puerta principal se abrió y su silbido se acalló de golpe.

—Pitufina, ¿estás por ahí?, ¿te quedaste dormida? Las luces están todas apagadas, ¿las enciendo?

Con el control que tengo en la mano encendí todas las lámparas, la luz se hizo ante nosotros, excepto en el comedor, pues, no debe haber mucha iluminación cuando se trata de una velada romántica. Me encuentro de pie en el camino de pétalos que armé en el blanquecino suelo, sus ojos se posaron sobre mí. —¡Sorpresa! —celebré como si de un cumpleaños se tratase e incluso sacudo mis manos.

—¿Celebramos algo hoy? Estoy seguro que hoy no es nuestro aniversario.

Avanzó hacia mí y hemos quedado encarados. —No tiene que ser un día especial para consentirte—su mirada no puede mentirme, esto le gusta.

Lo tomé de la mano y lo guié por el camino decorativo hasta que llegamos al ahora acogedor comedor, pues, esta vez sí parece habitado, se siente ese calor hogareño al igual en que cada rincón remodelado de la casa.

—¿Preparaste todo esto sola? —asentí orgullosa.

—Solo quise… darte un poco de todo el cariño que me brindas—tomé de una de las sillas un ramo de gardenias blancas y las tendí hacia él—, tal vez ante los ojos de muchas personas, el regalarles flores a los chicos es muy extraño, pero, creo que también lo merecen, no pueden simplemente dar y no recibir.

Kam las sostuvo y las olfateó. —¿Cómo sabes que son mis favoritas?

—Soy tu fan, ¿recuerdas?

—Lo admitiste—exclamó y segundos después me abrazó con delicadeza, estoy más que segura que esta es su forma de decir “gracias”.

—¿Te agradó la sorpresa? —susurré casi en su oído—, estuve pensando durante horas sobre qué podría darte, casi tuve un colapso y entonces…

El abrazo se rompió y me miró a los ojos, dibujó una sonrisa y me dio un corto beso en los labios. —Es perfecto…—sus mejillas se tornaron de una tonalidad rojiza—no sabía que un noviazgo pudiera sentirse así—su semblante me lo dice todo, ¿cómo te trataron esas otras chicas? —, ¿te esforzaste tanto por mí?, dijiste que no sabías cocinar.

—No sé cocinar, pero, estuve en una videollamada con mi mamá, necesitaba hacer algo lindo por ti… he recibido tantos detalles y cariño de tu parte que sentí que no estaba demostrando lo mucho que te quiero.

Sabotaje/ luz, cámara y... ¡Te tengo!✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora