Sabotaje/ luz, cámara y... ¡Te tengo!✔

Capítulo extra: ¿Qué hago?

Finales de junio de 2026

Kamil

Rebusqué el mando por todo el lugar y de repente el estrellón de la puerta, proveniente del piso superior, me hizo acercarme a las escaleras y de ellas descendió Briana con rapidez, no parece muy contenta, más bien, está preocupada.

—Kam—voceó—, Kamil.—chilló al saltar con preocupación —¿Qué hago?, pasó, está sucediendo…

—¿Te golpeaste en algún lado?, ¿te hicieron daño? —indagué al examinarla de arriba abajo, pues, llegó no hace mucho del trabajo.

Detrás de ella, apareció… una prueba de embarazo y es, ¡positiva! —. Por qué estás tan preocupada, pensé que te había sucedido algo malo…—la abracé y la hice girar por los aires, no obstante, me abstuve de seguir dándole vueltas—debemos mantener la calma—murmuré.

—No creo que tú logres hacer eso.

—¡Vamos a ser padres! —salté emocionado y la abracé con mucho cuidado de lastimar su inexistente vientre.

—¿Por qué parece como si tuviera 6 meses?

—Por qué lo dices…

—Abrázame con ganas, después tendré una barriga gigante—me acerqué a ella y la rodeé con mis brazos, con mucho cuidado de no lastimarla—, dije que con ganas—demandó, presioné mi agarre y me tambaleé de un lado al otro con ella siguiendo mi ritmo.

Briana

4 meses después

Alessia, Amelie y Emma se detuvieron frente a mí, mirándome con preocupación. —Definitivamente pareces un pozo sin fondo.

—¿Por qué lo dicen? —pregunté al llevarme un bocado de helado a la boca—, ¡Daniel!, ¿no hay pastel por ahí?, necesito algo dulce…

—¿Más dulce? —vocearon Ale y Amelie.

—Linda, no puedes comer tanto dulce, debe ser balanceado—inició Emma—, dice Kam que nunca quieres comer lo que te recomendó la doctora.

—El mini Kam pide algo sabroso y eso le doy… Daniel, ¿hay pepinillos por allí?, de pronto me dieron ganas de comer helado con pepinillos.

Amelie rió bajo y negó. —No puedo con esto, ¿no que odias los pepinillos?

—¡Lo sé!, me estoy convirtiendo en un monstruo tragón. Me estoy engordando—balbuceé y de repente las lágrimas rodaron por mis mejillas—, me volveré fea y Kamil no me querrá—estallé en llanto—, me cambiará por una rubia despampanante y me volveré un alma en pena—lloriqueé, queriendo dejar de hacerlo, sin embargo, no puedo.

—¿Quién dices que te dejará? —levanté la cabeza y a varios metros de distancia se encuentra Kamil junto a los chicos.

—¡Tú me dejarás por una rubia despampanante!

—Linda, ese idiota está bien enamorado, incluso vistiendo un saco de papas le gustarías—agregó Emma.

—¿En serio? —se acercó a mí y asintió—, me prometes que si me pongo fea me seguirás queriendo.

—De dónde sacas que te pondrás fea.

—Mejor que no saliste con la respuesta, si eso pasa te seguiré queriendo—chillé al darle un manotazo—. Daniel, ¿si hay pastel?

1 mes después

Estaba por llevarme a la boca esas papas fritas al hundirlas en el helado, no obstante, Kamil las apartó de mi mano. —La doctora dijo que cosas sanas, no eso.

—Pero yo quiero eso… mini Kam quiere eso.

—La ensalada no la has probado, es de frutas y tiene un glaseado dulce, ¿no quieres probarla?

—No quiero, necesito esas papas fritas.

El condenado trinchó algunas frutas que están bañadas en el dichoso glaseado dulce y al ver que giré el rostro, jugó con mi mente al simular el sonido de un avioncito.

—Viene el avión, necesita aterrizar—su mano moviéndose de un lado al otro me hizo seguir su trayectoria y cuando llegó a la entrada de mi boca, la abrí y terminé cayendo en su red.

—Está bueno—sonreí—, aliméntame, tengo flojera sostener el cubierto.

Se tumbó a mi lado y me dio las frutas como cual bebé, incluso limpió la comisura de mis labios. —¿Estás llena?

—No—respondí—, quiero algo para comer.

—Pitufina, te has comido 3 platos de comida y 3 postres por cada una.

—Es el estrés, estoy preocupada y estoy constantemente pensando y rogando que todo salga bien con el bebé… lo único que hacen todos es regañarme por comer—chillé.

—¿Quieres un besito?

—No quiero nada—respondí de mala gana al cruzarme de brazos.

—La reina de la casa quiere un par de besos, sé que los quieres.

—No quiero nada.

Se inclinó hacia mí y depositó un beso en mi mejilla, luego en la punta de mi nariz y por último, dejó muchos besos en mis labios. Dejó caer su cabeza con suavidad en mi vientre y gimió al sentir una patadita.

—Sabe cuando papá se acerca—comentó con emoción—, es cierto, mira—llevó su mano a mi estómago y pateó de nueva cuenta—, creo que ya se sabe quien será su preferido—canturreó muy excitado.

—Estará 9 meses en mi vientre para que a la bajada su favorito sea su papá, eso no se hace—rezongué—, Joshua, eso no se le hace a mamá.

Las caricias en mi vientre se detuvieron y sus ojos me miran con fisgoneo. —¿Cómo le dijiste?

—Joshua… me parece lindo que lleve el nombre de tu padre.

—Sabes que te adoro, ¿verdad?

—Por supuesto, soy la mejor novia… esposa de todos los tiempos—su cabeza volvió a tumbarse en mi vientre para sentir las patadas del pequeño Joshua.